lunes, 19 de mayo de 2008

En el nombre de Dios (I, II, y III)



En una nueva fase fecundativa, las religiones en todas sus modalidades siguen expandiendo el abanico de opciones, y entre mezclas y divisiones se reparte la fe

Investigadores religiosos y teólogos anunciaban en los años setenta que el mundo viviría un proceso de secularización importante, que las sociedades se irían desvinculando progresivamente de las religiones, y que los seres humanos entenderían la vida independientes a lo religioso y lo divino, todo esto provocado por el desarrollo de nuevas tendencias globales direccionadas por la racionalidad científica, la modernización económica y el desmoronamiento de las iglesias. Hoy se puede decir con propiedad que ese fenómeno no llegó nunca a concretarse, por el contrario, en la actualidad el mundo asiste como de emergencia a la influencia espiritual y experimenta un exacerbado protagonismo de la religión en las relaciones geopolíticas, traducido esto en las persistentes luchas étnicas, segregaciones, integrismos y guerras en nombre de Dios.

LA RELIGIÓN HOY
“Por primera vez en la historia, el Vaticano reconoce que el catolicismo ya no es la religión que agrupa al mayor número de fieles en el planeta, es el islam la religión que ocupa el primer lugar” esto se dejaba ver en el sumario de una reciente nota publicada por la BBC. Hoy por hoy se calcula que el 19,2% de la población mundial es musulmana, y el 17,4% es cristiana católica. El monseñor Vittorio Formenti, vocero de la máxima institución católica atribuyó esa estadística al creciente valor demográfico de regiones asiáticas y africanas.
Miguel Cruz, autoridad en el tema y escritor del libro “Historia del Pensamiento en el Mundo Islámico”, asegura que las razones de ese fenómeno pasan por la existencia de mayor eficiencia en las misiones islámicas en África, así como por el hecho de que muchas naciones de ese continente prefieren atar lazos con los países árabes que con sus antiguos colonizadores, a esto se le agrega el factor migración, que es una tendencia tomada por ciudadanos de países en vía de desarrollo a países desarrollados sin abandonar su religión, ejemplo de ello es el notable crecimiento de colonias paquistaníes tanto en Inglaterra como en Norteamérica, así como en Francia, donde hay 6 millones de musulmanes repartidos entre tunecinos, marroquíes y argelinos.
Ahora bien, cuando se suman todos los cristianos, entre ortodoxos, anglicanos, católicos y protestantes se habla de 2000 millones de creyentes, un 33% de la población mundial, según cifras aportadas por el estudio etnocultural presentado en 2006 por la Naciones Unidas.
De toda la población católica el 50% hace vida en América. En Estados Unidos las preferencias religiosas se reparten en un 56% de protestantes y un 26% católicos. México cuenta con 90% de católicos y 5% protestantes, en Brasil, por su parte, hay 75% de católicos y 10% de protestantes, en Argentina, conviven el 91% de católicos, con un 7% de protestantes, y un 2,3% de musulmanes. Y según cifras manejadas por el gobierno, en Venezuela, entre el 92 y el 96% de la población es católica.
En un estudio hecho por Carles Vilar, autor de “Creencias y Creyentes” y vocero de la Red Internacional de Estadísticas Religiosas, se señala que en Venezuela, “la religión de María Lionza (Espiritismo, politeísmo, sincretismo indio) está difundiéndose por todas las áreas urbanas (…) La población negra no ha conseguido formar una religión sincrética como en Brasil o Cuba aunque tienen ritos propios y una devoción exacerbada por ciertos santos (…) Últimos datos del gobierno muestran que el 75% es católico y el 18% es protestante”.
Por otra parte está un elemento religioso interés del protestantismo, los evangélicos como comúnmente se les conoce en Venezuela, difuminándose en nuestro continente de manera acelerada, “Al hablar del pentecostalismo y del movimiento carismático neopentecostal nos referimos a uno de los fenómenos socio-religiosos que más llama la atención en los últimos 25 años en América Latina” afirma el teólogo colombiano Harold Segura Carmona, quien además agrega que “su rápido crecimiento, su entusiasmo evangelizador, su asimilación de la cultura popular dentro de su liturgia, y su indiscutible dinamismo ministerial, explican con sobradas razones la importancia de su presencia en el mundo evangélico de hoy (…) en Brasil los evangélicos y protestantes sostienen ser el 18 por ciento de la población, unos 22 millones, mientras en Chile hay un 25 por ciento, y desde 1960 han duplicado su proporción dentro de la población en Paraguay, Venezuela, Panamá y Haití (…) En ese lapso los evangélicos han triplicado su proporción demográfica en Argentina, Nicaragua, y República Dominicana y la han cuadriplicado en Brasil y Puerto Rico, en Colombia y Ecuador se han sextuplicado y en Guatemala, se han septuplicado”.

VENEZUELA: FERVIENTE MEZCLA
María Eugenia Talavera, investigadora y profesora de la Universidad Simón Bolívar, en su estudio “Las Religiones Populares en Venezuela”, afirma que “hoy nos encontramos frente a una transformación religiosa de las sociedades, lo que algunos estudiosos han de llamar recomposición religiosa” y la que entiende como causante de que las manifestaciones en nuestro país estén ligadas a diversas divinidades como diablos, ángeles, santos, animas, vírgenes, más las conmemoraciones colectivas como la semana santa, las fiestas populares en honor a un santo patrono, así como las apariciones de vírgenes, rituales y cultos y las innumerables prácticas adivinatorias.
De que vuelan, vuelan. Ese dicho es muy común entre los venezolanos, católicos en su mayoría, y aunque son prácticas sancionadas por la iglesia “los venezolanos creen en la reencarnación, la buena suerte, las malas influencias, en las almas de los muertos, los santos, en diversos cultos populares como María Lionza, así como en la lectura del tabaco y las cartas” afirma en su estudio Talavera, quien agrega que nosotros “creemos en la práctica de recuperación de la muerte propia de nuestro pasado animista africano (…) creemos en la proyección sobre los espíritus o los humanos las causas de cualquier problema de la vida ordinaria (…) creemos en pedirle a los santos para que resuelvan nuestros problemas por lo que se les rinde homenaje, les adora y venera (…) creemos en ir a la casa de algún elegido a leerse las cartas o consultar las Orishas (…) de igual manera tendemos a comprar el periódico sólo para leer el horóscopo del astrólogo del momento” y es que el venezolano mezcla lo naturalmente opuesto, ritos mágicos y religiosos se cruzan, tal es el caso del infaltable azabache, obsequio imprescindible en la celebración del bautismo, ahuyentador del popular mal de ojo.
El documento emanado por la quinta conferencia general del episcopado Latinoamericano y del Caribe, ha de darle algunas causas a este fenómeno de la recomposición religiosa. La misión actual de la iglesia es evangelizar, “para rescatar y formar a un católico no sólo de nombre, sino de convicción” destaca en Monseñor Mariano Parra. En el capítulo dos del documento se advierte sobre la realidad de América Latina y el Caribe, que viven grandes cambios estructurales, y entre los que se identifica como agente determinante a la globalización, y su elemento más vertiginoso: La ciencia y la tecnología.

APARECIDA informa:
Del artículo 37 al 40, se habla de la necesidad de admitir que la globalización ha menoscabado la “preciosa tradición” del pueblo latinoamericano, puesto que la fluidez de transmisión de las tradiciones culturales se vio afectada, y entre ellas también la experiencia religiosa que resulta difícil de transmitir a través de la educación y la belleza de las expresiones culturales. “Los medios de comunicación han invadido todos los espacios y conversaciones, introduciéndose también en la intimidad del hogar”. Por otra parte se habla de los efectos de que la ciencia y la técnica sean expuestas exclusivamente al servicio del mercado con criterios únicos como la utilidad, eficacia y rentabilidad. Y quizás uno de sus elementos más controvertidos sea la interpretación de una nueva colonización cultural “por la imposición de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada en todos los sectores” es la cultura del consumo, intensificando la lógica del individualismo pragmático y narcisismo. Al final se reconoce en ese documento elaborado por cientos de obispos católicos de todo el continente, que la globalización ha sido el gran protagonista en la confusión y perdida de valores contemporáneos, puesto que “conducida por un criterio que privilegia al lucro y estimula la competencia, la globalización sigue una dinámica de concentración de poder y riquezas en manos de pocos, no sólo de los recursos físicos y monetarios, sino sobretodo de información y recursos humanos, lo que produce la exclusión”.

El tema religioso es tan espinoso como apasiónate. Interesante resulta tratar de explicar como en un país eminentemente católico pueden subsistir otras creaciones populares derivadas, incluso, de la misma cristiandad, y que representan anomalías para el ente rector de nuestra religión colectiva, el Vaticano, por no hablar del resto de las corrientes religiosas producto de los reclamos medievales luteranos y calvinistas o de los caprichos monárquicos de Enrique VIII. Hoy, católicos, evangélicos, luteranos, anglicanos, musulmanes y judíos, todos en Venezuela, portan banderas que ondean con los vientos del imaginario popular, del de que vuelan, vuelan, del mal de ojo, de la mala suerte, de de animas, espíritus e incluso próceres de la independencia protectores y milagrosos.

HABLANDO DE MEZCLA
Del documento publicado en 2007 por la iglesia católica de Venezuela, producto del concilio plenario que durara diez años, se desprenden algunos temas sensibles a la discusión, como por ejemplo en el que se desprende textualmente que: “La Iglesia, en una Venezuela que se profesa mayoritariamente católica, percibe que en su seno no existe plena coherencia entre fe y vida, porque no se conoce suficientemente su mensaje ni se practican integralmente los valores del Evangelio. Esto se concreta particularmente en lo relativo al valor de la espiritualidad cristiana, y al discernimiento de las relaciones con otras creencias y prácticas religiosas”.
“Yo soy de una familia católica, me bautizaron, incluso hice la confirmación, sin embargo con el tiempo entendí que de verdad no era practicante y no había una influencia real en mi vida, que la iglesia católica era una institución fría, por llamarla de alguna manera, y que sus métodos de enseñanza de la palabra para mi eran totalmente obsoletos, y me fui por otros caminos por pura curiosidad, así llegué a los evangélicos” nos comenta Noelyn López, joven estudiante que ha conocido de cerca la experiencia en tres corrientes religiosas diferentes dentro del cristianismo.
Este fenómeno no es único, y mucho menos exclusivo a la deserción católica, es multidireccional, va en todas las direcciones y con todo tipo de consecuencias. “La idea de la iglesia hoy, es revangelizar, es convertir en verdaderos católicos aquellos que lo eran solo de nombre, por lo que se tienen proyectos que van a la formación de pequeñas comunidades donde se viva la fe más en pequeño, para llegar a todas las masas, creando estructuras de participación donde se estudie la palabra de Dios con mayor dedicación” sostiene el monseñor Mariano Parra, obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana.
“Hoy estoy practicando el luteranismo, porque lamentablemente tampoco encontré la dicha espiritual con los cristianos bautistas, quizás porque se perdía mucho el tiempo en la forma y no en el fondo, no creo que se deban prohibir tanto las cosas, creo más en la libertad y expansión de pensamiento, aunque tengo bellos recuerdos y amistades de esa experiencia, tampoco fue del todo satisfactoria” comenta Noelyn López, sobre su experiencia con los evangélicos.
El documento emanado del concilio plenario de la iglesia plantea una serie de desafíos para la institución religiosa, y en el desafío 5 se expresa que “la falta de coherencia entre la fe y la vida plantea, al creyente y a la Iglesia, el desafío de un testimonio de la persona y el mensaje de Jesucristo en la vida cotidiana, particularmente en aquellos ámbitos donde se diseñan, comunican y organizan las matrices culturales. Al mismo tiempo, estructurar una acción evangelizadora-institucional de la Iglesia más coherente y efectiva, por medio de una pastoral de la cultura”.
“Ahora me siento totalmente segura de mi espiritualidad, encontré mi sitio con los Luteranos que son gente linda, amables, no te obligan a pertenecer a su religión, sólo te muestran el camino y tú decides y eso es lo que nos gusta a los que por nuestra propia voluntad decidimos pertenecer a este grupo, el no sentir obligación sino invitación” asegura la joven creyente Noelyn López.

LOS EVANGÉLICOS SIGUEN CRECIENDO
Ante el notable crecimiento de los templos y número de adeptos de los cristianos evangélicos, “No hay que dejarse llevar por el triunfalismo, detrás de ese arrollador caudal se esconde una mezcla de riesgos, peligros o amenazas, junto a las masas anhelantes de una verdadera fe evangélica caminan los movimientos exóticos, el fanatismo irracional, el caudillismo autoritario, las emociones manipuladas, en fin, una tendencia que convierte las expresiones espirituales en excesos que preocupan, y una religiosidad que convierte el seguimiento radical de Jesús en una simple mercancía de consumo” afirma el teólogo colombiano y pastor evangélico Halord Segura Carmona.
El Consejo Evangélico de Venezuela está conformado por 78 miembros, entre organizaciones eclesiásticas, iglesias locales independientes y entidades de servicio, sin embargo no se conoce con precisión el número de seguidores evangélicos del país, posiblemente debido a la diversidad de modalidades y corrientes.
"El pentecostalismo es cuantitativamente la manifestación más significativa y cualitativamente la expresión más vigorosa del protestantismo latinoamericano (…) La Enciclopedia Cristiana Mundial estima que su membresía suma 51 millones, otros, incluyendo a los carismáticos anglicanos, católicos y protestantes, los hacen llegar a 100 millones, estas cifras sorprenden, si tenemos en cuenta que el año 1900 no existía una sola iglesia pentecostal en el mundo” expresa Segura Carmona.
Sin embargo, ¿Quién es quién? ¿Cómo se reconocen las diferentes corrientes evangélicas? Una creyente anónima, hace algunas reflexiones entre las diferencias entre una y tendencia: Hay tres líneas principales, pentecostales, bautistas y carismáticos, “la diferencia está en la forma de interpretar la Biblia por cada uno de estos grupos, en realidad el fin principal de cada movimiento religioso es el de volver a encontrarse con dios, o tener un acercamiento más profundo con él”.
La diferencia radica en la forma y formalidad: “Para el pentecostal el evangelio es parte fundamental de su vida, cada persona es un evangelizador, con la Biblia en mano, fuera de hacer partícipe a sus integrantes de experiencias espirituales que según su fe son guiadas por el espíritu santo (…) El bautista cree que la Biblia es el único libro entregado por dios a los hombres, por lo tanto es el único libro a seguir para modelar la conducta y la vida del hombre, por lo que y probablemente son unos de los grupos que creen en el modelo creacionista y en Adán y Eva de forma fáctica (…) Y el carismático, aunque sigue los planteamientos de la Biblia son a mi parecer uno de los grupos más liberales con respecto a los anteriores, porque también creen en su integración con el mundo moderno, la ciencia y las artes, no son tan apegados a la letra del libro, si no que dedican tiempo para su interpretación”.

Tendencias hacia el futuro:
En el Concilio Plenario de Venezuela se determinó que: El desarrollo científico-tecnológico continuará siendo una variable cultural planteando nuevos y más profundos retos y consolidando la primacía de lo artificial sobre lo natural y la masificación frente a lo personal. La perspectiva de prolongación, en el mediano plazo, de la bonanza petrolera, permite prever la consolidación de la mentalidad rentista, reforzada por una política de distribución paternalista de la riqueza que va contra el surgimiento de una auténtica cultura del trabajo productivo, socialmente autónomo y éticamente responsable. La valoración adecuada del conocimiento científico y tecnológico, al igual que la transmisión de todo lo relativo a la herencia cultural y religiosa de nuestro pueblo, se convertirá en una contribución decisiva al desarrollo socioeconómico y cultural de la humanidad, al logro de la justicia social y a la promoción de la dignidad humana. Si esto no es tenido en cuenta, existe la amenaza tanto de aislarnos del mundo como de perder el enraizamiento en la experiencia histórica heredada. La globalización agudizará la tensión entre la vigencia y profundización de lo universal y la necesidad imperiosa de referencia a lo local, cotidiano y experiencial. No hay una sola forma de ser venezolano ni de expresar culturalmente lo religioso católico. Hay una nueva manera plural de estar en el mundo que debemos intuir, desarrollar y promover.

EL SUSTENTO DE LA RELIGIÓN
El Reporte Internacional de Libertad Religiosa de 2004 asegura que en según las estimaciones del gobierno, en Venezuela, el 70% de la población es católica, 29% son protestantes, y el restante 1 por ciento practica otras religiones o es atea. El Consejo
Evangélico venezolano estima que los protestantes son el 9% de la población, no menos de 2 millones de personas. Hay pequeñas pero influyentes comunidades judías y musulmanas. La capital, Caracas, tiene una mezquita grande, y la comunidad judía del país es muy activa. Por otra parte, las iglesias protestantes son los grupos religiosos que más rápidamente han crecido en el país. Hay un estimado de 4,000 misioneros extranjeros que requieren visas especiales para entrar en el país. Generalmente no se niega la entrada a los misioneros, pero muchos se quejan que el proceso para obtenerla a menudo toma meses o años debido a la ineficacia burocrática.
El año 1964 el gobierno de Venezuela y el Vaticano acordaron la subvención a la institución católica nacional. Según el mismo reporte internacional, respaldado por el Buró de la Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, “los oficiales gubernamentales enfatizan que todos los grupos religiosos registrados son elegibles para consolidar los apoyos a servicios religiosos, pero más dinero va a las organizaciones católicas porque sus porciones asignadas son fijas, y el presupuesto se limita a 700 millones de bolívares. Se fijan siete grupos protestantes para recibir un total de 21 millones de bolívares para ser desembolsado a medio año, y por primera vez, el movimiento sincrético de María Lionza, un culto popular que mezcla creencias africanas, indígenas, y cristianas, recibirá 10 millones de bolívares”.
Por otra parte, el reporte hecho en 2004 concluye con que “el gobierno proporciona anualmente aproximadamente 1,2 mil millones de bolívares en subsidios a las escuelas católicas y a programas sociales que ayudan a los pobres. Otros grupos religiosos son libres de establecer y dirigir sus propias escuelas, sin embargo, los únicos subsidios oficiales que estas escuelas reciben son para las reparaciones”.
En otro orden de ideas, se asegura que “el cuerpo de capellanía militar se comprende exclusivamente de sacerdotes católicos. Aunque se permiten a los miembros de servicio de otros grupos religiosos asistir a los servicios de su fe, no tienen el mismo acceso a miembros del clero que los miembros de servicio católicos. En 2000 la Suprema Corte estableció que organizaciones religiosas no son parte de la sociedad civil y por consiguiente no pueden representar a los ciudadanos en la corte ni ejecutar sus propios actos procesales. Aunque la iglesia católica expresó su preocupación por la decisión, ésta no ha tenido el efecto en la conducta de la misma”.

MEZCLA EXPLOSIVA: RELIGIÓN Y POLÍTICA
En 2006, el reconocido periodista Emil Domec, escribía sobre la combustible relación “fe, Dios y política, son decisiones que impulsan campañas en todo el mundo, determinan agendas internacionales y la fe es la clave como pieza esencial en el rompecabezas mundial. En la bandera verde esmeralda de Hamas reza: No hay más Dios que Dios, y Mahoma es su profeta”.
Y es que la influencia política de la religión ha quedado al descubierto en innumerables fases de la historia, espacios y circunstancias determinadas. El actual Papa advertía recientemente sobre el deber de la misma al asentar que “la Iglesia no debe hacer política, pero sí formar conciencias y enseñar los grandes criterios, si la Iglesia comenzara a transformarse directamente en sujeto político, no haría más por los pobres y por la justicia, sino que haría menos, porque perdería su independencia y su autoridad moral, identificándose con una única vía política y con posiciones parciales opinables (…)”.
Latinoamérica ha sido escenario permanente de esa mezcla. En 2006 Bolivia, con la llegada de Evo Morales a la presidencia se experimenta una vorágine de acontecimientos que no dejan de lado el tema religión. “La intención de implantar un nuevo modelo educativo y la instalación de la Asamblea Constituyente, han puesto en el centro del debate este tema que ha enfrentado al Gobierno y a las iglesias” afirmaba la corresponsal de la BBC en La Paz, Mary Vaca, quien agregaba que “según las iglesias, el gobierno pretende poner la cosmovisión andina por encima de cualquier otro credo (…) Los evangélicos, incluso, hablan de que se busca un estado fundamentalista indígena, y los católicos entienden que el plan de descolonización del estado quiere borrarlos del escenario (…) Por su parte, el gobierno reconoce que quiere quitarle protagonismo a la iglesia católica, pero no para imponer la visión andina, sino para que, al menos tres credos sean tratados en igualdad de condiciones”.
Venezuela por su parte, aún no supera los episodios polémicos en la relación política y religión. Tanto el Episcopado Católico como el Foro Evangélico venezolano han demostrado marcadas diferencias con la actual administración, ejemplo de ello se muestra en el documento del concilio plenario terminado en 2007, donde se afirma que “un Estado centralista, dispendioso, ineficiente, paternalista, repartidor de bienes y servicios, no ha generado una cultura más positiva de participación, de empleo y de trabajo productivo (…) la pérdida de credibilidad en la institucionalidad política, social y jurídica, ha llevado a la tentación constante de salidas fáciles y autoritarias, de lo cual abundan ejemplos en nuestra historia, basadas en liderazgos personalistas, a ratos carismáticos y hasta mesiánicos. El populismo y el clientelismo no han permitido la madurez política y democrática de la gente, que se mueve más por el afecto que por la racionalidad”.
El gobierno, por su parte, en voz del propio presidente de la nación ha respondido con un “hay unos farsantes manipulando, algunos son obispos católicos, ahora salieron unos supuestos líderes evangélicos, pero estoy seguro de que la gran mayoría de los verdaderos cristianos evangélicos y de los verdaderos católicos estamos con la reforma y vamos a votar por el sí” refiriéndose en su momento a la contienda electoral del pasado diciembre.

El Papa vs capitalismo y marxismo:
El Papá Benedicto XVI ha dejado recientemente,10 claves para América Latina, y en la número 6 sostiene que “El marxismo y el capitalismo hicieron promesas falsas y lo sufren las personas (…) Tanto el capitalismo como el marxismo prometieron encontrar el camino para la creación de estructuras justas y afirmaron que éstas, una vez establecidas, funcionarían por sí mismas, afirmaron que no sólo no habrían tenido necesidad de una precedente moralidad individual, sino que ellas fomentarían la moralidad común. Y esta promesa ideológica se ha demostrado que es falsa. Los hechos lo ponen de manifiesto. El sistema marxista, donde ha gobernado, no sólo ha dejado una triste herencia de destrucciones económicas y ecológicas, sino también una dolorosa destrucción del espíritu. Y lo mismo vemos también en occidente, donde crece constantemente la distancia entre pobres y ricos y se produce una inquietante degradación de la dignidad personal con la droga, el alcohol y los sutiles espejismos de felicidad”.

ROMPIENDO PARADIGMAS
Siempre al final de la historia, no queda sino reflexionar sobre lo que tenemos y lo que queremos. Sin ser el más idóneo personaje para esclarecer el tema de la religión y sus excesos, por el contrario, siendo quizás agente de mayor confusión, de Friedrich Nietzsche, se pudiera rescatar el génesis de los grandes errores del hombre de los que hablaba “no hay error más peligroso que confundir la consecuencia con la causa, yo lo llamo la auténtica corrupción de la razón. Sin embargo, ese error es uno de los hábitos más viejos y más jóvenes de la humanidad, entre nosotros está, incluso, santificado, lleva el nombre de religión y de moral”.
La clave está quizás, como dijera el Papa, en no cruzar los límites de cada espacio, política y religión haciendo su trabajo paralelamente, mas no fusionados. En el nombre de Dios es hora de requerir el bien común, la mayor suma de felicidad posible, sin importar el libro sagrado que leas o el profeta que sigas, la misión es la humanidad y el humanismo, libertad, progreso, respeto, consenso en el camino de un mundo sano y libre de excesos y exclusiones.

lunes, 12 de mayo de 2008

¿Se está leyendo en Venezuela? (I y II)


Sumida en una interminable y polémica avalancha de acontecimientos, la sociedad venezolana, lucha contra la corriente mediática, y se decide entre la tv y un libro

Aunque no se cuenta con numerosos y claros estudios sobre la tendencia venezolana hacia la lectura, y no se tiene certeza de los muchos o pocos programas de promoción lectora nacional, propuestos por el sector público o el privado, la realidad criolla se suma a la iniciativa latinoamericana hacia un leve y sostenido incremento de los esfuerzos por fortalecer la plataforma de lectura de sus países. En la actualidad, Venezuela intenta incorporar la lectura a la lista de preferencias populares más sólidas, llevando los libros al barrio y llamando al lector a la biblioteca, sin embargo, las dificultades siguen presentes: elevados costos del material de lectura, poca promoción mediática, desarticulación entre la escuela y el hogar, e insuficiente infraestructura.

EL ESTADO Y LA LECTURA
No por casualidad, con la llegada de la democracia se materializan las primeras iniciativas hacia la lectura y la alfabetización constante “el punto de partida es el año de 1959, despegue de la democracia en Venezuela, y en la que se ha trabajado con el objeto de consignar la mayor cantidad de instituciones a nivel nacional y la mayor cantidad de esfuerzos loables a favor del libro y la lectura” afirma el investigador y especialista en el tema de la evolución de la lectura en Venezuela, Eddy Souza.
Los primeros pasos los dio el Ministerio de Educación “que ha sido el motor impulsor de planes, programas, campañas y actividades relacionadas directamente con la enseñanza y la promoción de la lectura y la escritura en Venezuela” asegura Souza, quien agrega que desde 1958 impulsa la alfabetización y desarrollo de la lectura. Entre el 58 y el 63 promueven el Plan de Alfabetización y Cultura Popular, con el cual se intenta enseñar a leer y escribir, mediante el método venezolano “Abajo Cadenas”, que ya se venía implementando a partir de 1947.
En 1972 el Consejo Nacional de Alfabetización, integrado por los organismos del Estado en materia educativa, entre ellos el Instituto Venezolano de Cooperación Educativa (INCE), se encargaron de llevar a cabo nuevos programas de alfabetización. Posteriormente, entre el 79 y el 83, se aplicó la Campaña Libertadora de Alfabetización, promovido por la Asociación Cultural para el Desarrollo (Acude), entidad integrada por representantes del sector bancario e industrial.
Ya en la década del noventa, la Comisión Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación, desarrolló el Plan Nacional de Atención a la Población Adulta con necesidades de aprendizaje básico, entre el 94 y el 96. En el 2000, se lleva a cabo la Campaña Bolivariana de Alfabetización, con una duración de tres años, para un poco después, en el 2003, emprender la Misión Robinson, dirigido por la Comisión Presidencial de Alfabetización.
Desde 1999, el 92,3% de la población está alfabetizada, lo que se constituye en una gran plataforma para despegar el cohete de la lectura masiva. Sin embargo, los primeros programas de promoción lectora se dan en la década de los ochenta. El Ministerio de Educación estimuló la lectura a través de varios mecanismos, entre ellos, la disposición en 1982 de la Primera Jornada Nacional de Lectura. En el 86, el Estado, mediante un decreto probaría una nueva política nacional de lectura planteando: 1. Promover la lectura a través de campañas nacionales, respaldadas por los medios de comunicación públicos y privados, 2. Fortalecer la institución educativa en relación con las estrategias de aprendizaje y el hábito lector, 3. Estimular la producción de materiales de lectura por parte de las editoriales nacionales, con el interés de satisfacer las expectativas de la población lectora y neolectora, 4. Promover y facilitar el acceso de la población a los materiales de lectura y 5. Estimular las investigaciones en torno a la promoción de la lectura.
En el 89 se crea la Comisión Nacional de Lectura (CNL) y en el 90 se ejecuta un programa de preparación docente para la promoción de la lectura. En el 91 se concierta el Plan Lector de Cajas Viajeras, resultado de la organización entre la Biblioteca Nacional, el Banco del Libro, Ediciones Ekaré y la Comisión Nacional de la Lectura, para incentivar la lectura en los niños de la primera etapa de la educación. Ya para 2003, el Estado adelanta el plan Todos por la Lectura, coordinado por el Centro Nacional del Libro (Cenal).
En abril de 2005, el Ipasme y su fondo editorial, ejecutan el plan Acerquémonos a la lectura, distribuyendo libros a la población y a bibliotecas públicas. Y en el 2006, se concretaron actividades como, Conversando con los escritores, organizado por el Fondo Editorial Ipasme y la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro).

LA LECTURA EN CIFRAS
En Venezuela no existen estudios específicos que determinen las tendencias del consumidor de lectura, de hecho no se conoce con certeza los flujos en la rotación de inventarios de las librerías del país. Sin embargo, el Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro (Cenal) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), realizaron un estudio en 2006, desarrollado sobre el comportamiento lector y acceso al libro en Venezuela. Los resultados de la investigación arrojan desde un principio resultados alentadores puesto que se indica que “los venezolanos presentan una alta disposición a la lectura, (…) alrededor del 50% practica la lectura todos los días de la semana, casi un 45% la ejerce de manera regular y tan solo un 4.1%, en periodo de un año se abstiene de leer”. El 47,4% de los encuestados aseguraron leer por gusto en tiempos de ocio, y el 33.8% de los mismos ven a la lectura como un pasatiempo. El venezolano prefiere leer en su casa, el 77% expresa su preferencia por la lectura en residencia y el 19.3% prefiere el sitio de trabajo como espacio de lectura.
En orden de preferencia son los periódicos, las revistas y los libros, las tres formas de lectura más concurridas por los lectores venezolanos, quienes señalan que sus impedimentos para leer son ocasionados por problemas de salud y falta de tiempo, con un 37,6% y 16,6% respectivamente. Al venezolano le gusta leer generalidades, las experiencias temáticas se reparten equitativamente entre todos los elementos consultados, puesto que 57,8% prefiere leer de todo un poco, esto teniendo en cuenta que el 73.5% de los lectores eligen sus temas de lectura, por interés particular.
Por otra parte, se destaca que es la compra el modo más frecuente para conseguir materiales de lectura con un 53.7%, y el préstamo le sigue con un 37.2%.
Casi la mitad de los encuestados (46,9%) gasta en materiales de lectura de carácter no académico entre 1 y 200 Bolívares Fuertes.

Si bien es cierto que el Estado ha hecho grandes esfuerzos pro alfabetizadores (millón y medio de alfabetizados) y pro lectura (106 millones de libros editados entre el 99 y 2006), es posible pensar que la semilla de la lectura aún no está arraigada, los sistemas básicos de promoción de esta actividad no se complementan, hogar y escuela formando niños y adolescentes lectores. Las bibliotecas, aunque repensadas, siguen lejos de un rendimiento ejemplar, que la constituya en un espacio cultural plenamente identificable, y continúan muy por debajo en la lista de preferencias del colectivo como sitio de lectura por placer.

TENDENCIAS DE LA LECTURA VENEZOLANA
Ya en 2005, el periodista Carlos Delgado Flores, en la edición 255 de la revista Producto, comentaba sobre la investigación de mercado elaborado por el Centro Nacional del Libro (Cenal), y del cual desprendía la idea de que “de acuerdo con el estudio, en Venezuela la lectura es un hábito que se transmite más eficazmente de padres a hijos, que en las escuelas, por lo que las estrategias de mercadeo editorial deberían enfocarse en las familias de lectores, para aprovechar el canal del libro escolar para el de interés general y reforzar el posicionamiento del libro como un bien de consumo familiar”.
Por su parte, la periodista Marialcira Matute, moderadora del programa televisivo Librería Mediática e investigadora en la temática de la lectura, considera que si en la casa no se refuerza la intención de leer, es “prácticamente imposible que ningún plan público o privado de promoción de lectura tenga resultados tangibles, el hábito debe crearse en el hogar, acompañado de la asistencia de docentes preparados para asumir esa responsabilidad”.
Mientras tanto, la producción de material de lectura sigue creciendo, sólo en 2006 se imprimieron 18 millones de ejemplares, y fundaciones editoriales como El Perro y La Rana del Ministerio de la Cultura, en par de años han publicado 500 títulos, 32 millones de ejemplares y a precios que van desde 1 a 5 Bolívares de los fuertes.
Cifras ofrecidas por la Organización latinoamericana de Integración (Aladi), indican que a partir de 2004 la importación de libros desciende 10%, por lo se apuesta por la autoría local y el aumento del tiraje nacional, “apuesta que en 2004 realizó el Grupo Editorial Alfa, la editorial Random House Mondadori, con la colección Debate, las ediciones nacionales del Grupo B, el surgimiento de la Editorial Criteria o el interés del Grupo Santillana por desarrollar una colección dedicada al hecho venezolano” asegura el periodista Carlos Delgado Flores quien agregaba que estos “son movimientos generados por la creciente demanda de lectores autónomos, por la oportunidad de producir textos a costo local y por la conciencia de la necesidad de afinar el mercadeo para reducir el tiempo de rotación de inventarios”.
Ahora bien, se reproducen libros, pero ¿se forman lectores? “Le lectura empieza en casa, pero debe ser reforzada en la escuela, por eso pienso que en el nuevo currículo educativo debe constituirse la lectura en una materia obligatoria, tan importante como matemática o biología, para brindar las herramientas necesarias en el reconocimiento de un buen o un mal libro y para enfrentar la información recibida”, expresa la periodista y especialista en el tema, Marialcira Matute.

Y LAS BIBLIOTECAS
El movimiento bibliotecario de la nación toma fuerzas significativas desde 1977, con la transformación de la Biblioteca Nacional en Instituto Autónomo, tanto así que en 1985 ocurre “uno de los sucesos más importantes para el desarrollo de las bibliotecas públicas en América Latina y tiene lugar en Caracas, se realiza bajo la convocatoria de la UNESCO y el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional. En este histórico encuentro se produce la Declaración de Caracas, que instará a trabajar por el libre acceso a la lectura y en la formación de un lector crítico y creativo”.
En la actualidad, desde la Biblioteca Nacional de Venezuela se asegura que hay “727 servicios bibliotecarios, distribuido en 24 Redes Estadales Públicas (una red por estado), de las cuales 4 se han constituido en Institutos Autónomos de Bibliotecas Públicas e información estadales, Mérida, Nueva Esparta, Miranda y Lara (…) El Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas tiene presencia con infraestructura bibliotecaria en 296 municipios de los 335 que conforman la organización política territorial del país, lo cual representa el 88%. Ello significa que disponemos de bibliotecas públicas en 538 parroquias de las 1093 que conforman estos municipios (…) El sistema se asienta en 134.300 mts2 de construcción, 36.350 puestos lector y dispone de una colección de 4.303.209 volúmenes, las otras redes funcionan como dependencias adscritas a las Secretarías de Cultura o Educación de las Gobernaciones de los Estados”.
El estado Bolívar cuenta con 23 espacios pertenecientes a la infraestructura de la Red Nacional de Bibliotecas, y 4 en el municipio Caroní. La biblioteca pública Andrés Eloy Blanco de la UD-104, mudada a Vista al Sol, la biblioteca Bicentenario del Natalicio del Libertador en Los Olivos, la Miguel de Cervantes de Villa Brasil, y el salón de lectura Mario Briceño Iragorry de Villa Colombia.

HACIENDO CULTURA
Muchos connacionales estamos de acuerdo en que todos los debates y conversaciones populares de la realidad y porvenir de Venezuela -esos ajenos al tan codiciado centimetraje mediático y al protagonismo político- concluyen en el tema de la cultura. ¿Cómo hacer para acabar con la corrupción, con la mafia, con el vivito de siempre, con el irresponsable, con el insensible, con el anti parabólico? Cultura, lectura, creatividad, crítica.
Un buen ejemplo de iniciativas, pequeñas o grandes, no importa, iniciativas al fin, la encontramos aquí mismo en Latinoamérica. En 2005, en Nezahualcóyotl, una populosa colonia de la Ciudad de México, la alcaldía llevó adelante una novedosa política para la preparación de sus funcionarios policiales, 1200 en ese entonces, que consistía en leer para ascender. "Puede ser que alguien sea muy diestro en la parte policíaca, que reúna todos los requisitos, pero si no lee entonces no tiene derecho al ascenso, se quedará dónde está (…) No se les obligará a que lean, si no lo hacen no les pasará nada, pero se quedarán dónde están" declaraba el alcalde Luis Sánchez Jiménez.
Este es solo un ejemplo, aplicable en todos los niveles e imperioso ante nuestra realidad, un fenómeno generacional, que no permite más aplazamientos. Jorge Luis Borges insistía en que “de los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro, todos los demás son extensiones de su cuerpo, sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria” es hora de que la venezolanidad haga de esa invención su inseparable báculo.
Sin embargo, la biblioteca no es considerada como el lugar preferido de lectura del venezolano, y son “los lugares de residencia (77.0%) y de trabajo (19.3%) los espacios preferidos para la lectura” esto según el Estudio sobre Comportamiento Lector y Acceso al Libro en Venezuela, realizado en 2006 por el Centro Nacional del Libro (Cenal).
De la Red Nacional del Conocimiento se desprenden datos interesantes. En Venezuela, una de cada cincuenta personas es autor, y hay un editor por cada 38 mil. Un sitio de venta de libros por cada 16.776 personas, un infocentro por cada 107.370 personas, una escuela por cada 860 personas, y una biblioteca pública por cada 35.216 personas.
“En el país hay unas 700 bibliotecas públicas y desde el 99 se empezó a repensar el sistema nacional de bibliotecas, que no contaba con presupuesto suficiente, eso se ha ido corrigiendo, pero es un proceso a largo plazo” así lo indica la periodista Marialcira Matute, quien agrega que una gran parte de esas instituciones dependen directamente de gobernaciones, que muchas veces, las descuidan por intereses políticos.

jueves, 1 de mayo de 2008

La hora de la nacionalización: La revolución también quiere ser de acero (I y II)


La hora de la nacionalización: La revolución también quiere ser de acero

Tras doce años de administración privada, el Estado vuelve por sus fueros y SIDOR es renacionalizada, uniéndose a las industrias del cemento, telecomunicaciones y energía

Antonio Valdez Zurita

La Siderúrgica del Orinoco entra nuevamente en un proceso de transición, ahora para revertir su condición de empresa privada a pública. La intensificación del conflicto laboral, provocada por la incapacidad de negociación de empleador y empleado, ha sido el detonante oficial de una decisión por demás controvertida. Apresurada para muchos, necesaria y reivindicativa para otros, son múltiples las causas propuestas por la especulación popular. Hoy, el complejo siderúrgico más grande de Venezuela vive tiempos de cambio, unos interpretados como la emancipación de la ocupación capitalista extranjera y otros, como el regreso al pasado, un retroceso demagógico donde la productividad y eficiencia quedan entredichas. El famoso dilema nacionalización versus privatización se apodera de la opinión pública una vez más.

EN RETROSPECTIVA
La realidad venezolana de 1996 es muy distinta a la de la actualidad, eso es seguro. A mediados de la década del noventa la nación franqueaba una crisis económica ascendente, con el barril de petróleo a 15 dólares, y los crudos efectos de la caída de la economía del sudeste asiático haciendo estragos, se tomaron medidas de las que aún hoy, se sienten los efectos. Programas de subsidio social, liberación del control de cambio, aumento del precio de la gasolina y un bloque de privatizaciones de empresas con saldos rojos, fue la fórmula usada para salir del abismo.
Dentro de esas empresas estaba Sidor, insigne representante del movimiento industrial venezolano, que fue quedándose en el tiempo, sin inversión en la adecuación, automatización y actualización tecnológica, incapaz de cumplir con las demandas de un negocio complicado que no vivía su mejor momento.
“El proceso de privatización fue largo y complejo, al menos un año se tomó para realizar todos los estudios necesarios para transferir la empresa” comenta Alfredo Rivas Lairet, ex presidente de la siderúrgica y parte de la comisión encargada de privatizar la misma. Aunque la decisión encontró críticas de todos los matices, incluyendo las relacionadas con el precio de venta, del cual el ex presidente Jaime Lusinchi comentara “es indignante la cifra aceptada como valor de Sidor", la forma pasó casi desapercibida, puesto que se reconocía colectivamente que el fondo del problema estaba en una empresa desangrada, urgida de inversión, como lo expresa David Andrade, quien estuvo 18 años dentro de la siderúrgica ocupando distintos cargos, “en aquel entonces yo estuve de acuerdo con la privatización por una serie de razones, entre ellas la necesidad de inversiones en adecuación tecnológica para mejorara la calidad y la productividad, dinero con el que no contábamos”.
Antes de la privatización, gracias al proyecto Plan IV, la industria del acero producía alrededor de 3,6 millones de toneladas. Dicho proyecto “se ejecutó en el marco de un boom petrolero como el de ahora, pero el incumplimiento del Estado, de los aportes previstos, le dejó a la empresa un nivel de deuda de corto y de largo plazo que la hicieron inviable desde el punto de vista de resultados” manifestaba en abril de 2007, René Centeno, investigador del Centro de Investigaciones para la Educación, la Productividad y la Vida (Ciepv), y quien agregaba que “ante la imposibilidad de aumentar los precios por un período largo que la hizo entrar en una crisis de caja para operar, se vio en la necesidad de pedir prestado a corto plazo para pagar deuda de corto plazo y obligada a refinanciar y capitalizar parte de la deuda para poder seguir operando y reponer el patrimonio perdido por las pérdidas neta, se quedó sin opción de invertir en tecnología y cayó en obsolescencia”.

EL PROBLEMA
Se pudiera pensar que esta vez fue peor el remedio que la enfermedad, ahora no por el hecho de que el Estado no supiera administrar la empresa, sino por no poder ejercer su función contralora con éxito. “Una vez privatizada Sidor, muchos profesionales entre los que me incluyo, estuvimos alertando al gobierno sobre mantener un mayor control sobre lo que pasaba dentro de la empresa, quien aún representando el 40% de la acciones, no cumplía con ejercer control” manifiesta David Andrade, ex gerente de planos en caliente de la siderúrgica, quien asegura que aunque el presidente habló sobre la creación de una gerencia de auditoría interna, cada vez que el gobierno proponía un director para la misma, la empresa lo vetaba, y nada pasaba.
En base a esa falta de supervisión de la que habla Andrade, se desprenden un conjunto de fenómenos desfavorables para el porcentaje más pequeño de la población accionista de la empresa. “Yo no creo que se trate de un problema de ilegalidad, solo se trata de un sector mayoritario de accionistas usando la empresa más para sus propios intereses, que para cumplir con las expectativas del 100% de los accionistas” puesto que según él, por ejemplo, el consocio vendía los planchones sobrantes a sus mismas empresas del exterior a precios de transferencia, por lo que no perdía, pero tampoco se ganaba en la venta, y algo similar ocurría con empresas contratistas, propiedad de la transnacional, a las que se les concedía condiciones favorables, en el ofrecimiento y ejecución de sus servicios, en todo caso el consorcio internacional cobraba y se daba el vuelto.
“El cuento chino de que la empresa se llevaba el material para devolvérnoslo en tubos, no es la primera vez que el presidente lo echa” afirma Alfredo Rivas Lairet, ex presidente de Sidor y las cuatro empresas del aluminio, “pero aquí hay un proyecto de crear una ciudad del acero, donde hace dos años se puso la primera piedra, y hoy todavía está todo parado, las cajas sin abrir, cuando la primera interesada de vender ese material sería Sidor, porque tendría su mayor comprador al lado” sostiene Lairet, quien aduce que la falta de productividad empieza en casa y no hay que culpar de todo a “los supuestos malvados explotadores capitalistas”.
Lairet además insiste en que “el Estado no está para producir leche o acero, no está preparado para eso, su función está en cumplir, más allá de la educación, salud y seguridad, que de paso ya están bien descuidados, con la fiscalización y contraloría de esas empresas privadas, exigirles cumplan con sus obligaciones, que no se desvíen, que dejen lo que tienen que dejar el país” por lo que resalta instituciones e iniciativas como el Seniat y la Lopcimat respectivamente, “esas son dos expresiones de la tarea del gobierno, controlar y fijar leyes provechosas al interés nacional”.

NI TAN CALVO, NI CON DOS PELUCAS
Otra cosa es segura, la transnacional vino a Venezuela a ser rentable el negocio del acero, convirtiendo a Sidor en un eje sólido de eficiencia, con sus bemoles, pero efectivo financiera y productivamente hablando. En 2006, en la publicación Producto se indicaba que “Sidor ha invertido 735 millones de dólares, con un promedio anual de 92 millones de dólares, dirigidos a satisfacer las necesidades de sus clientes y mantener estándares mundiales de calidad en sus productos, (…) abasteciendo primordialmente la demanda nacional, lo que se refleja en la cifra de 1,7 millones de toneladas al mercado interno, el mayor volumen de los últimos 17 años”.
Y es que Sidor se manifiesta su alto rendimiento en “la producción de acero ya en más de cuatro millones de toneladas (4,1 MM de t en el año 2006) operando con menos hornos, volúmenes de despachos de exportación por el muelle impensables en el pasado (1,3 MM de t el año 2006), mejoras en la rentabilidad de la empresa, tanto para pequeños accionistas como para los grandes accionistas y aumento considerable en el ingreso de los jubilados y pensionados” asegura el investigador René Centeno cuando habla del éxito de la empresa, a lo que agrega “si ello fuera poco los pequeños accionistas pagaron la deuda contraída por la adquisición de las acciones sin hacer ningún desembolso” .
Por su parte David Andrade, ex trabajador de Sidor, reconoce el esfuerzo hecho y los resultados conseguidos por el consorcio “cuando producíamos 2.9 millones de toneladas de acero líquido, pasamos a 4.3 millones en 2007, en HRD pasamos de 3.1 a 4.2 millones de toneladas, y el consumo de kilovatio hora por tonelada bajó de 1.5 a 1.3, así como en consumo de gas también hubo una reducción considerable” a lo que se suman otros elementos resaltantes como la considerable disminución en costos de producción.
Claro está, no todo es color rosa, tanta productividad tiene un costo, sobre todo el relacionado con lo social. “Ellos invirtieron mucho en los procesos de automatización, que de hecho, nosotros lo teníamos previsto antes de la privatización, pero no teníamos los recursos, pero la reducción de nomina, por ejemplo, fue exagerada, porque ahora hay trabajadores que hacen el trabajo de dos o tres personas” afirma el ingeniero David Andrade, ex gerente de planos en caliente de Sidor, quien ratifica un número significativos de comentarios recibidos por este redactor y que prefirieron el anonimato, cuando comenta sobre la calidad y capacidad gerencial del personal extranjero que vino a la siderúrgica.
“Profesionalmente vino personal técnicamente muy preparado, muy competentes para desarrollar el tratamiento del hierro, pero con unas deficiencias gerenciales bien marcadas, muy entrenados para tratar al argentino, pero no para tratar al venezolano” lo que ocasionó fricciones desde el principio entre el personal criollo y el extranjero, expresa Andrade, quien además conoce de muchos que “salieron de allí porque no aguantaron esa forma de gerenciar sobretodo del personal argentino, porque ellos vinieron con la idea de que el venezolano se adaptara a sus formas, y no al revés”.
Una vez más retomamos el ítem de la ausencia del control gubernamental de la empresa. Según Andrade, otrora gerente de Sidor, en lo que respecta a la protección ambiental, antes de la privatización, “la empresa tenía que cumplir con un cronograma de actividades supervisado celosamente por el ministerio del ambiente, y aunque la transnacional invirtió en el control de humo de la acerías, se descuidó mucho la integralidad ambiental de la empresa, porque increíblemente, se les flexibilizaron los controles, mucho más que cuando el Estado era el dueño”, agregando que cualquiera que trabajó en Sidor o entró alguna vez, puede asegurar que esa empresa era la de “mayor número de áreas y donde el compromiso con lo ambiental no era improvisado”.
¿Y la investigación? Ya son varios los años en los que se viene observando en la prensa, esporádicamente, denuncias sobre la desaparición del centro de investigaciones de Sidor, provenientes de varias fuentes, entre ellas Fundacite y uno de sus investigadores el licenciado Rudy Castillo. David Andrade, quien trabajara para la CVG en una comisión especial para auditar precisamente el centro de investigaciones de Sidor, pudo constatar que “lamentablemente a los dos o tres años de la privatización no quedaba nada del centro de investigación, el único y el más importante de la zona, donde se lograron cambios tecnológicos y adaptaciones de tecnologías extranjeras, rindiéndole grandes resultados a la empresa” afirma Andrade, quien además insiste en que cuando se privatiza Sidor se pensó en que saliera para la CVG y se conjugara con profesionales del aluminio, pero no se hizo ni una cosa ni otra, y muchos de esos profesionales, extremadamente preparados, que trabajaron en ese centro se los llevó el consorcio a otros países.

CONFLICTO LABORAL
Las razones de la decisión de estatización, según la opinión pública, están atadas fuertemente tanto a la imposibilidad de resolver el conflicto laboral, como a una salida inmediata a la crisis electoral del partido de gobierno en el estado Bolívar.
Alfredo Rivas Lairet, otrora presidente de Sidor, propone “vamos a imaginarnos en un escenario no electoral, donde hay que llegar un acuerdo entre trabajador y patrono. Allí se plantearon múltiples soluciones, y siempre por muy fuertes que sea los conflictos en la negociación del contrato colectivo, siempre se llega a un acuerdo, pero esta vez el matiz político que insisto, siempre ha existido, pero ahora con más fuerza, tuvo una gran influencia”. Lairet entiende que nada justifica que no se haya podido llegar a un acuerdo entre la empresa y el sindicato, “pero ¿la diferencia entre el capitalismo salvaje y el gobierno salvador bolivariano era de tres bolívares? aún cuando después lo subieron a 11 bolívares, ahí no puede estar la diferencia, en once bolívares, no creo”.
El ingeniero David Andrade, ex gerente de planos en caliente de Sidor afirma que antes de la privatización, la siderúrgica era la empresa que mejor pagaba a sus trabajadores, pero que en la crisis de hoy la responsabilidad es compartida, “tiene que ver mucho con las complacencias que le permitió el sindicato a la empresa desde el principio, puesto que prorrogaron demasiado tiempo la discusión, así como con la terca insistencia del consorcio de no pagar lo que corresponde”.
Otra de las muchas visiones al respecto la ofreció el Partido comunista Internacional el pasado 18 de abril, cuando manifestaban su posición indicando que “Chávez no quiere enemistarse, por ahora, con los trabajadores de Guayana (…) toda la región se pondría en llamas, pero tampoco quiere recibir golpes por parte de los capitales imperialistas como Techint o Exxon (…) Así fue en Chile, en la era Allende, cuando los precios mundiales del cobre habían sufrido fuertes bajas, y Allende pagó la nacionalización del mineral al precio equivalente de una industria próspera, hasta el último centavo. Igual que en Francia con el caso Citroen de segunda guerra mundial, (…) en ninguno de estos ejemplos las relaciones de producción han cambiado, sea el patrón el Estado, o que el Estado se convierta en propietario de la empresa, sea en manos privadas, o empresas mixtas, la relación permanece igual”.
Para Alfredo Rivas Lairet, ex presidente de Sidor, era importante resolver las exigencias de los trabajadores, “que pienso eran justas, y Ternium no hizo las cosas a tiempo, porque si tú estás en una situación complicada que lleva más de un año, entonces tienes que tratar de resolver el conflicto, mas si estás al tanto que es un año electoral”.

¿Y AHORA?
Las reacciones son más que diversas, encontradas. Las visiones sobre cómo se va a desempeñar la empresa pasan por el optimista soñador hasta el pesimista más escéptico.
Rivas Lairet adelantaba de su visión “yo no quiero pensar que será igual, pero cuando me dieron la noticia de la nacionalización la primera impresión que tuve de la decisión me retrotrajo al año 77, donde vivíamos una situación muy parecida a la de ahora, era la era de Carlos Andrés Pérez, en ese fan estatista, con un flujo imparable de dólares, con los cuales se el gobierno compró de todo, desde lavanderías hasta aerolíneas”.
“El mercado del acero es muy susceptible a lo que es costo, producción y calidad, por lo que debe entrar gente que conozca el negocio, evitar la improvisación, y recordando que en Sidor aún queda gente muy preparada y lista para asumir el proceso, para esto hay que hacer un estudio serio y determinar cuanta gente necesita la empresa, porque es delicado el asunto de las contrataciones, la hora hombre es costosa” expresa David Andrade, quien advierte que él cree, aún así, que es una decisión apresurada, porque se tenían que tomar en cuenta muchos factores, recuerda que es una empresa andando, y los mercados ya los tenían definidos, sobretodos los internacionales, es una complejidad de elementos que debieron estudiarse con tiempo.
Por su parte Alfredo Rivas Lairet nos comenta que “lamentablemente tengo que decir que es muy poco o nada lo que se puede hacer, hay que ser poco optimista, basta con verlo con las empresas básicas que tenemos, con nominas sobre saturadas, pero también lo estamos viendo en empresas como Cantv y Electricidad de Caracas, y de ahí nacen las corruptelas, el tráfico de influencia, las listas Tascón, y creo que Sidor no va a ser la excepción”.
Aunque Lairet asegura que si es posible lograr que las empresas venezolanas sean productivas y eficientes, “allí están los ejemplos, Ferrominera, Edelca, y Pdvsa, que era una empresa del estado manejadas como una empresa privada, la clave está en limitar esa voracidad política que al final afecta a su rendimiento”.
El investigador René Centeno está seguro que, desde el punto de vista de la eficiencia económica, la creación de bienestar para la sociedad y sana continuidad operativa es preferible la privatización de las empresas que la estatización, y utilizar eficientemente los recursos de la venta en nueva infraestructura y creación de nuevos puestos de trabajo, cosa que según él, la nacionalización no haría.
Ya están figurando las listas de personas que van a entrar, los cargos que van a ocupar, las que van a salir, y a esto hay que sumarle que ya se está hablando de eliminar la tercerización, y se van a incorporar a 680 trabajadores, por ahora, y qué va a pasar con las empresas que le quitaste el trabajo y los trabajadores.
Hay que confiar en lo tenemos y evitar los errores del pasado, manifiesta Andrade, quien insiste en que “una de las mejores gerencias con las que contaba el país la tenía Sidor, las circunstancias por las que la empresa llegó a ese estado de crisis son ajenas a la gerencia, y respondieron más a los efectos de las políticas nacionales”. Asimismo recomienda, que visto que la acería de planchones produce mucho más de lo que puede procesar el laminador en caliente, por lo que queda mucho material, en principio hay que seguir vendiendo esos planchones sobrantes, pero a mayor precio de los que lo vendía el consorcio, y paralelamente invertir en otro laminador en caliente para producir mayor cantidad de bobinas.

ESPERANZAS EN ROMPER LA FÓRMULA
"La empresa continúa operando, la moral está alta, lo que esperamos es que no se eche por tierra un esfuerzo en que argentinos, mexicanos y venezolanos hemos puesto a Sidor a convertirse en lo que es hoy" expresaba el pasado 10 de abril, Luís Felipe Domínguez, gerente de la siderúrgica, y esperamos que siga siendo esa actitud allí dentro.
Todo esto teniendo en cuenta que “tenemos el complejo siderúrgico más grande de la región andina y el Caribe, cuya superficie sobrepasa las 2.206 hectáreas, estando techadas 87, teniendo 132 Km de vías férreas, 74 Km de carreteras pavimentadas y contando además con un puerto con fácil acceso al mar, que tiene capacidad para atracar hasta 6 barcos de 20.000 toneladas de peso muerto cada uno, con espacio para 3.000 m2 y con un área de patios de 60. 000 m2” según cifras ofrecidas por Stalin Pérez Borges, coordinador nacional de la Unión Nacional de Trabajadores.
Entonces, cómo hacer para de una empresa productiva y eficiente en manos del estado, que no se sature de empleados, que no pierda su norte, que sea rentable en búsqueda de utilidades, o cómo hacer que en manos privadas, no se olvide el compromiso social, se dañe el ambiente, se pare la investigación, se maltrate y sub pague al trabajador y se contribuya con los intereses de un país en crecimiento. Ahí está el dilema. Entonces se enfrentan los conceptos, producción versus humanismo, capitalismo versus socialismo, privatización versus nacionalización. La respuesta seguramente está en nosotros, en nuestra cultura, en la capacidad de trabajar, de crear, sin pensar en el color de un partido político, solo en los colores de tu bandera.