viernes, 18 de octubre de 2013

Panamericanos: Lima pudo más que Ciudad Bolívar

Desde el 83 Venezuela no se vive la emoción olímpica en Venezuela, el Panamericano de Caracas fue un enclave histórico como parada previa a los Olímpicos de Los Ángeles 84, desde entonces no se logra se logra el cometido, Ciudad Bolívar fue un sueño que ya acabó, pero, qué hay detrás de la derrota. ¿Sueño perdido? Después de treinta años Venezuela intentó ser sede panamericana y colocó sus esperanzas en Ciudad Bolívar, un lugar enigmático que para muchos da la sensación de tener más historia que futuro. Luego de un proceso de proyección y de preparación discursiva innegable, Perú fue elegida con 31 puntos sobre los 9 de Chile, los 9 de Argentina y los 8 de Venezuela. Las posibles respuestas a esa decisión son diversas, sin embargo, hasta dónde llegarán frases como las de gobernador Rangel Gómez cuando aseguraba que la idea del proyecto era ir “más allá de los juegos”. Desde la Gobernación se proyectaron juegos ecológicos con la construcción de más de 46 nuevas obras de infraestructura en torno a una Ciudad Panamericana de 1.333 hectáreas intervenidas para levantar espacios deportivos, apartamentos y centro de convenciones, además de 68 edificios con 6.120 habitaciones para recibir a más de 12.000 atletas. Aun cuando ha sido imposible hacer contacto con el Gobernador y su equipo, se interpreta de las declaraciones un profundo sentimiento de tristeza por la decisión de la ODEPA, pero, cabe preguntar: ¿el sueño de la sede perdida qué deja a Ciudad Bolívar? Es claro que las proyecciones de un evento de este tipo levanta esperanzas en muchos, desde el adolescente que imaginó una ciudad deportiva donde desarrollar sus capacidades hasta el contratista de siempre que frota sus manos ante semejante oportunidad, y es que el impacto socioeconómico sería de dimensiones superlativas. Salvando las distancias competitivas, Londres, la última sede olímpica ha registrado utilidad de 16.300 millones de euros, entre otras cosas por la visita de 300 mil visitantes internacionales y 600 mil locales, ocupando el 84 por ciento de la capacidad hotelera. Por otro lado, de los 7.560 millones de euros invertidos en la construcción y mantenimiento del Parque Olímpico, el 98% llegó a manos de empresas nacionales, lo que generó al menos 22 mil empleos entre directos e indirectos. Las estimaciones de unos Panamericanos arrojan cifras inferiores a las olímpicas, sin embargo el impacto sobre la Ciudad y su gente es altísimo. Una vez conocido el resultado, la pregunta que sigue flotando en el ambiente es ¿el sueño de la sede perdida qué deja a Ciudad Bolívar?
Lo que pudo ser que no fue La delegación peruana ha sido más que elocuente con lo que a su parecer le dio el empuje final para llevarse los juegos, de hecho, Vásquez Raña, presidente de la ODEPA aseguró que se trató de la “presentación sentimental, deportivamente hablando, lo que terminó por convencer a los países. Hoy el niño de taekwondo fue sin duda el que ingresó al corazón de todos los presentes”. El Presidente del Comité Olímpico peruano lloró como un niño en la presentación, posteriormente alguno de sus representantes dijera que “atacamos el bobo de los que emitían los votos y generamos una atmósfera favorable de lo que podría reflejar Lima para el 2019”. Por su parte, la ministra Alejandra Benítez no dejaba de reconocer inmensa tristeza aun cuando afirmaba que se vieron afectados por elementos externos, “nos vimos acá afectados por otros factores que lamentamos, hay muchas cosas que aún falta por mejorar, nosotros apostamos y demostramos que fue la mejor presentación, una presentación técnica, con mucha veracidad, donde hablamos con números, con mucha solidaridad, hablando desde el olimpismo y de lo que nosotros ofrecíamos desde Ciudad Bolívar, hicimos lo que teníamos que hacer pero lastimosamente no se dieron los resultados”, agregó la Ministra. Y Eduardo Álvarez, reconocido gerente deportivo y presidente del comité olímpico nacional, aseguraba que “hoy dimos una excelente demostración, nos preparamos para la candidatura, el pueblo venezolano y el pueblo del estado Bolívar, deben estar muy orgullosos de como hicimos la presentación, fuimos la mejor presentación técnica y tuvimos los mejores resultados en todas las reuniones desde que estuvimos aquí”. Todo esto hace presumir que no se trató de elementos técnicos o de contundencia en la presentación, tampoco de falta de experiencia organizativa, pues aquí se han organizado eventos como la Copa América 2007, el preolímpico 2012 y el premundial 2013 de baloncesto, además de cinco clasificatorios a los Juegos Olímpicos Londres 2012 y mundiales de softbol y béisbol femenino. Los elementos de decisión que más pesaron sobre Venezuela no se conocen a ciencia cierta, nadie ha declarado sobre ello, pero fuimos últimos en la votación, y Perú, según sus representantes, le sacó “la lengua al arrogante favoritismo de Chile”. El debate sobre el futuro de Ciudad Bolívar, sobre si era mejor o no para las finanzas públicas la realización de los Juegos, sobre qué elementos dejaron a Ciudad Bolívar detrás de otra tres sedes, entre muchas otras cosas, es hora de iniciarlo.

El gerente guayanés debe formarse

Los días que se viven ameritan de gerentes dispuestos a superar la barrera de la eficiencia y del concepto que lo ubica en el plano de hacer mucho con poco, se trata ahora de un elemento de la sociedad que debe sortear obstáculos impensados hace 20 años, razonar con la idea de un país que quiere ir a un Estado comunal pero que se resiste a romper viejos usos y costumbres propias del sistema capitalista, y peor aún, que se tambalea entre contradicciones cotidianas que pertenecen al mero plano cultural. En ese océano de dificultades el gerente guayanés tiene gran responsabilidad para con el desarrollo nacional, por eso acudimos a un experto y exitoso gerente que conoce al detalle el pasado y presente de la gerencia en Guayana, el doctor Henry Izquierdo. Dr. Henry Izquierdo Es coordinador del Centro de Investigaciones Gerenciales de la UNEG, doctor en administración de empresas y estadística de la Universidad Politécnica de Madrid, químico por naturaleza y magister en ingeniería ambiental de la Universidad de Calgary, así como especialista en gerencia de operación y producción de la Universidad Nacional Experimental de Guayana. Por muchos años fue gerente de primera línea de la Siderúrgica del Orinoco y merecido ganador del premio a estudios sobre gestión, promoción y ordenación territorial y urbana del Instituto Iberoamericano de Municipalidad de 2012 en España. Así estaba la cosa Para el año 2001 el decano de estudios de postgrado de la Universidad Metropolitana, Enrique Viloria Vera, en su trabajo La Gerencia Privada y el Estado Empresario en Venezuela, concluía entre otras cosas, que el sector privado era asumido desde su gerencia con un compromiso de preparación y formación profesional continúa, más sin embargo, el caso de la gerencia pública es diferente y los esfuerzos que se hicieron en su profesionalización se diluyeron entre “el clientelismo partidista, el nepotismo, el compadrazgo, y la recurrencia a personal (civil o militar) no conocedor de la materia gerencial, lo que ha convertido a las empresas públicas venezolanas, con ligeras excepciones, como es el caso de PDVSA y algunas de las empresas del complejo industrial de Guayana, en verdaderos organismos dilapidadores de la renta petrolera”. Así era visto por los expertos en general, el panorama resumen de las década del 70, 80 y 90 de la gerencia pública y privada en Venezuela, y desde ese contexto nacen algunas inquietudes: ¿Hay una diferencia sustancial en las épocas recientes de la gerencia? Definitivamente, dividámoslas las más reciente en dos, la de los 70 y 80 ante otra entre el 90 y la actualidad. Los gerentes de la primera etapa de la que hablo se acomoda en el plano de un gerente con perfil bien definido, se trataba de un gerente libre del acontecer político, no sentía inundado o vapuleado por lo político, de manera que no influía en él ese elemento. El gerente de hoy si está directamente tocado por lo político. Yo trabajé con Leopoldo Sucre Figarella, y ese ambiente laboral se encaminaba a conseguir gerentes exitosos, te hablo de un gerente que iba más allá de sus propias expectativas, y era amo de su propio conocimiento por lo que funcionaba con él. ¿Cuál es la característica del gerente guayanés del ahora? Ahora tenemos un gerente más político que gerente, si te vas más allá te das cuenta que incluso en Guayana la gerencia ha sido penetrada a profundidad por el elemento militar, y eso dificulta lograr los niveles de producción que conseguían los gerentes de las empresas básicas de décadas pasadas, porque conocían el proceso y el negocio, el militar no. El militar viene a resolver un problema o a controlar una emergencia pero no está formado para conocer cómo engranar todos los factores de un proceso de producción que debe hacer el producto cada vez más competitivo. ¿Qué retos logró superar el gerente guayanés de la primera etapa? Entre otros, entender, reconocer e interpretar que había que trabajar con gente que venía de todas partes de Venezuela, desde el Zulia hasta Sucre, además de sincronizar retos como los de generación de energía eléctrica, y superar lo propio de empresas en sus fases iniciales, intentando colocar su producto en el mercado y ser constantes. Hoy la cosa es otra, de hecho, una de las condiciones que hace diferencia con el pasado es que los profesionales que preparamos en Guayana están emigrando a otras entidades o países, los posibles gerentes se nos van. Lo político debe ser parte de la gerencia, es imposible no tenerla en cuenta, ¿no? Así es, pero en estos niveles tan altos hace la gerencia más vulnerable, ya que todos los procesos de producción dependen del factor política. Entiendo que más allá del gerente público o privado está el gerente social, ese que debe trabajar directamente para la gente, no para producir dinero o hacer competitivo un producto, sino para solucionar problemas a la población, es decir, un alcalde, un gobernador, y ahí también estamos fallando, ese tipo de gerente no lo estamos produciendo, el que conozca las metodologías sociales, que esté formado para gerenciar lo social acompañado del componente científico. ¿Quién pudiera recordar en el Estado Bolívar como político gerente? Creo que Clemente Scotto en su época intentó hacer cosas interesantes, bajo una metodología, con planificación. Pero son aquí muy pocos lo que se hayan destacado por seguir un plan orientado bajo lo técnico. ¿Cuál es la tendencia actual que deben enfrentar los gerentes de Guayana? Costos de producción muy por encima del precio de venta, eso complica todo, pero peor aún, el elemento ético deteriorado, de lo más pequeño o bajo de la cadena hasta la cúpula de las empresas afectadas por la falta de compromiso por el trabajo, honestidad, trabajo por la nación. Un buen ejemplo es el caso de Ferrominera y el conocido cartel del hierro.
En ese contexto, entonces, ¿qué fundamentos debe manejar el gerente honesto para sobrevivir? Inicialmente habría que hacer notar que muchos de los profesionales que están en las áreas industriales deberían seguir formándose en las ciencias gerenciales, adecuarse constantemente, incluso los militares que designan frecuentemente en altos cargos. Es importante que sepan que la UNEG cuando abrió su primer postgrado fue de gerencia, aquí tenemos la intención de ir a la Empresas Básicas, solo falta que ellos vengan a nosotros. Nuestros profesionales tienen muchas deficiencias, hay que admitirlo, falta voluntad de crecimiento, el gerente moderno debe ser multidisciplinario, que conozca al menos dos idiomas, que maneje las técnicas gerenciales, que tenga conocimiento de ambiente, de seguridad, de medicina ocupacional, de control de riesgo, liderazgo, planificación, de benchmarking, de comunicación, de enlace a comunitario, en fin, un gerente más holístico, inclusive, que maneje la política, pero la unificadora y constructiva.

La gestión ambiental de Guayana está en deuda

Guayana es núcleo y referencia mundial de endemismo y biodiversidad, sin embargo ha venido degradándose progresivamente, la acción antrópica pesa mucho sobre sus ritmos naturales de recuperación, es hora de entender mejor su dinámica para poder activar políticas públicas efectivas. Para entender un poco más su panorama actual entrevistamos a la experta Judith Rosales. Lo que supone para muchos ser un panorama verde intenso, de espacios prístinos, de especies endémicas y ecosistemas de altísima biodiversidad, eso es Guayana, pero qué tanto de eso es cierto, qué ocurre con la Guayana venezolana, qué niveles de conservación presenta, y qué balance presentan los principales actores en la toma de decisiones, en fin, cuál es el saldo de la gestión ambiental en Guayana, son solo algunos de los elementos de este complejo contexto al cual le llamamos ambiente. En la tarea de entender mejor la situación actual, la ayuda de Judith Rosales, leyenda viviente del estudio ambiental y ecológico de Guayana, es todo un privilegio. Doctora Judith Rosales Es investigadora y docente, bióloga egresada de la UCV y PhD en geografía, línea eco hidrológica de la Universidad de Birmingham en Reino Unido, premio regional de ciencia y tecnología, y creadora de las unidades de postgrado: maestría, especialización y doctorado en ciencias ambientales, ecología y gestión ambiental de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, así como miembro del Centro de Investigaciones Ecológicas de Guayana. Ha estado a la cabeza del diseño del proyecto UNEG del Programa de Biodiversidad de la Región Guayana Bio Guayana desde 1996, además de haber sido coordinadora de Relaciones Públicas y del Simposio Ecosistemas Ribereños del XII Congreso de Botánica en Ciudad Bolívar, Coordinadora académica del III Congreso Forestal Venezolano en Ciudad Bolívar, presidente del primer Congreso Internacional de Biodiversidad del Escudo Guayanés a 10 años de Bio Guayana, y presidente de la Sociedad de Biodiversidad del Escudo Guayanés Capítulo Venezuela. ¿Se está investigando en Guayana? Desde hace treinta años se está haciendo investigación ambiental en Guayana, la hacía la UCV, el IVIC, la ULA, ellos comienzan este proceso investigativo que no contaba con una institucionalidad en Guayana con gente de Guayana, lo cual empieza a cambiar en los 90 con la creación en la UNEG del centro de investigaciones antropológicas y el centro de investigaciones ecológicas, y en la UNEXPO y Fundacite Guayana. A partir del 2000 ven la luz cuatro programas de postgrado relacionados con las ciencias ambientales, y a partir del 2002 el Estado reconoció la importancia de la investigación científica, remunerando con sueldos propicios, y entregando recursos significativos al investigador, además de que en el marco de una Constitución indigenista y participativa se oficializaba una plataforma jurídica ideal para trabajar con las comunidades. La UNEG entonces podía pensar en un desarrollo endógeno posible con el trabajo local con las comunidades. Hasta ese punto la investigación estuvo andando con fuerza y resultados constantes y prácticos. ¿Cuándo llega el punto de inflexión? A partir de 2005 la cosa empieza a cambiar, y empezamos a sufrir una total desinversión que afectó el avance de numerosos proyectos con las comunidades, a las universidades se les eliminó casi el 100% de presupuesto para investigación, por ejemplo, yo pasé de tener en 2003 proyectos por 250 mil bolívares a cero en 2006, y todo ese trabajo de formación, adecuación y preparación de consejo comunales hacia el desarrollo endógeno fue quedando en el limbo, el Estado dejó de apoyarles, y al parecer hubo un cambio de paradigma donde ya nadie habló más de desarrollo endógeno. ¿Se dejó de hablar de desarrollo endógeno o se desvirtuó su fin? La idea del desarrollo endógeno de las comunidades es por demás valioso, se trata de explotar las fortalezas de la gente y su entorno, si naciste en una comunidad pesquera o agrícola, la idea es que su gente se prepare para hacer la vida más próspera dentro de su contexto, y nosotros como científicos tenemos la misión de llevarles la mejor metodología, el aspecto técnico para mejorar el rendimiento en el uso de la tierra o agua, qué necesidad tiene un muchacho agricultor de irse a estudiar derecho y abandonar la comunidad para siempre si tiene potencial enorme además de la transmisión oral del conocimiento para ser un agricultor exitoso y contribuir con el desarrollo de su comunidad. Sin embargo el concepto se fue sesgando hacia lo urbano y hacia problemas que debe resolver el Estado en sus distintos niveles, una escuela, el asfaltado, el tendido eléctrico, entre otras cosas. ¿Las Galderas y su electrificación sería un ejemplo de ese fenómeno? Definitivamente, ahí viven familias en pequeños caseríos de 30 casas máximo, y el gran logro de esos consejos comunales fue conseguir el presupuesto para la electrificación. Nosotros hasta llevamos científicos de Coro e hicimos un proyecto para instalar el sistema de energía solar, pues es inviable pensar en instalar líneas de trasmisión de alto impacto para el ambiente y de generación de costos para el Estado para tan pocas familias, sin embargo por una diferencia de 200mil bolívares el Estado prefirió levantar las líneas de transmisión y por su puesto privilegiar a las empresas contratistas encargadas de colocarlas ahí. ¿Continúa la desinversión en ciencia y tecnología? Del 2010 para acá el Estado ha venido reinvirtiendo, pero con algunas condiciones que no facilitan el financiamiento para todos. La misma LOCTI, que es una gran iniciativa, clave para el investigador, fue desviando su curso y se usa para financiar infraestructura para docencia, para financiar foros o cursos del exterior, cuando debe ser para incentivar la investigación, para laboratorios, para experimentos. ¿Con comunidades todo, sin comunidades nada? Al parecer desde el Ministerio se viene entendiendo que la ciencia que no toma en cuenta las comunidades no es útil, y si bien es cierto que la comunidad es fundamental y que de hecho trabajamos con y para ellas, hay un grupo de investigaciones de las ciencias duras que no tienen que trabajar con las comunidades, y entonces vemos a un químico preguntándole a la gente si cree que el boro es importante para poder conseguir financiamiento, todo el mundo haciendo encuesta. Entonces te digo que en el área de ciencias duras es más difícil investigar, en el área de ciencias sociales la cosa es diferente. ¿Y el Estado y sus buenas ideas? El estado comunal, la nueva ordenación del territorio, son ideas fabulosas de Chávez, pero de la mesa a la praxis no se entiende, una comunidad Pemón y su territorio requieren leyes distintas que las aplicables a los Piaroa y las condiciones de su territorio, a sus costumbres y uso de la tierra y agua, ahí cobraba más fuerza y sentido la nueva ordenación del territorio, pero entre otras cosas, cuando colocas a un militar a tomar decisiones de algo que no conoce los resultados no pueden ser los mejores, es imposible pensar el desarrollo sin la interdisciplinariedad, se trata de hacerse de la ciencia en toda sus extensión y vertiente para tomar las mejores decisiones.
¿Cuál es el saldo de la gestión ambiental de Guayana? Negativa. Hay que hacer algo pronto, porque imagínate la destrucción que se prevé con las 500 mil personas que vienen para la faja, los inevitables desastres ecológicos que trae consigo el desarrollo petrolero, la explotación de los diversos recursos de la Guayana a través de las empresas chinas, solo hay que tomar de ejemplo la gestión ambiental en Las Tres Gargantas. No tenemos un sistema de monitoreo en calidad de recursos hídricos, nos queremos salir de todos los entes internacionales de regulación ambiental porque no queremos presentar cuentas. Yo tengo que decir las cosas, estoy de acuerdo con el plan nacional de reforestación por ejemplo, y lo apoyo, pero abramos un debate nacional, las cosas hay que decirlas. No me importa la política, solo trabajo por la mejor gestión ambiental.
¿Y nuestros ríos y humedales? Aquí todos los ríos descargan sin tratamiento a los ríos Caroní, Orinoco y Caura, no tenemos planta de tratamiento, todas las aguas negras caen directas al embalse, ni siquiera aguas abajo. El margen derecho del Orinoco presenta coliformes por encima del promedio de todas las ciudades, los fecales y los totales por encima de la norma, todos. El tema de la minería ha afectado a todos los ríos de la Orinoquia guayanesa, por naturaleza son de baja sedimentación, eso ha cambiado, nuestros antiguos ríos prístinos han venido desapareciendo. No quisimos apoyar la propuesta de parque nacional por no afectar a las comunidades indígenas, y la apertura agrícola de la Paragua hizo un corredor que los mineros penetraron. ¿Cuál es la razón principal de esa no gestión? La falta de continuidad. Cuando me cambias los funcionarios con alta frecuencia el nuevo funcionario no tiene norte y a veces hasta borrón y cuenta nueva. La gente vieja de Edelca se está jubilando, y la gente que formamos aquí no entra a formar parte de la nueva institucionalidad. Fíjate, en el 2006 se promulgó la Ley de Aguas, estamos a 2013 y todavía no tenemos el Fondo Administrativo de Recursos de la Cuenca del Río Caroní, porque todo se quiere hacer en Caracas, y si se hace aquí se partidiza.

¿Cuál es el significado histórico de los Castillos de Guayana?

Guayana es y siempre ha sido parada obligatoria de la historia nuestra. Clave del mito y promesa del Dorado, madre de la temeraria ruta del incontenible Orinoco hacia el resto de Venezuela y Colombia. Sus castillos son evidencia inanimada del voraz apetito de las potencias por sus secretos, pero, ¿qué hay detrás de su auge y caída? Santo Tomé de Guayana Si hay algo en lo cual coinciden historiadores de todo tipo es que ese precario centro poblado de dominio español, fundado con el nombre de Santo Tomé de Guayana, sufrió por más de 170 el asedio constante de innumerables amenazas, desde la propia valiente resistencia indígena hasta el saqueo de ingleses, franceses y holandeses. Incluso mucho antes de que las potencias institucionalizaran el saqueo con la constitución de las distintas compañías de las indias, encargadas de explorar, explotar, saquear y trasladar los bienes a suelo europeo, ya piratas de todo tipo dejaban los primeros saldos en la lamentable historia de la inseguridad en Venezuela. De hecho, para 1590 el famoso corsario Walter Raleigh expusiera en su libro, El Descubrimiento del Vasto, Rico y Hermoso Imperio de la Guayana que se trataba de “un territorio que nunca ha sido saqueado ni explotado, la tierra jamás ha sido arada ni la bondad del suelo ha sido nunca abonada, las tumbas no se han abierto para sacar el oro, las minas no se han excavado ni los templos se han saqueado (...) El soldado común peleará por el oro, y se podrá pagar a sí mismo sin encogimiento con patenas de medio pie de anchas”. Con ese relato se dio rienda suelta a un imaginario que hizo del Orinoco y de Santo Tomé de Guayana puntos estratégicos para el intervencionismo de las potencias, desde esos puntos saldría un altísimo porcentaje de los 185mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata rumbo a España, sin contar lo que les llegó por contrabando, y esto solo hasta 1660. Nace luego de sesenta años de exploraciones frustradas y reconocimiento geográfico, en Diciembre de 1595, Santo Tomé de Guayana. Antonio de Berrío luego de dos intentos y un secuestro de Sir Walter Raleigh, asegura ese espacio al menos, nominalmente, para el rey de España. Guayana y sus castillos Santo Tomé de Guayana cambió de lugar en varias ocasiones, hasta su mudanza final en el trayecto más estrecho del río, la Angostura, finalmente Ciudad Bolívar. Sin embargo los Castillos de Guayana se levantaron a poco más de una legua de la Santo Tomé de Guayana de Diciembre del 95. Se construiría el fuerte de San Francisco entre 1675 y 1680 y su maestro de obra fue Fernando Domingo Cortés.
A cien años de la estropeada fundación de la ciudad se edificaban las únicas muestras palpables de ese intento, y como asegura el historiador Américo Fernández, “lo único que pervivió de esa frustrada fundación fueron los Castillos que desde lo alto de dos cerros gemelos trataban de cuidar el paso del río a la vez que las espaldas de la ciudad embrionaria, cuidar o defender con descomunales cañones pedreros que poco daños causaban al enemigo como quedó demostrado durante la segunda incursión de Walter Raleigh, quien tomó la ciudad por un costado y permaneció en ella tanto como lo permitió la resistencia heroica del alcalde José Lezama”. En Guayana moriría Wat, el hijo del Raleigh, y por el fracaso del proyecto Guayana sería apresado y ejecutado en Londres el propio Raleigh.
Todos vinieron con ganas de quedarse A poco más de un año de construido el fuerte de San Francisco, en 1682, corsarios franceses atacaban tanto al castillo como al caserío adjunto y se instalaron en ese lugar por al menos un año. Como explica el especialista guayanés en destrucción cultural Fernando Báez en su libro, El Saqueo Cultural de América Latina, “es irónico, pero mientras proclamaban los derechos del hombre en Paris y se abolían los privilegios del antiguo régimen entre 1789 y 1796, la brutalidad de los franceses fue devastadora con los pueblos indígenas y africanos”, y es que ya Francia desde 1604 había comenzado la exploración y colonización de la América, ya en 1625 se conquistaba Haití y en 1635 Martinica. Ingleses y holandeses se enfrascaron en una lucha perenne en el Orinoco y las inhóspitas extensiones de la Guayana, por lo que los británicos llamaron el Gran Imperio de Guayana, y que terminó dejándoles un premio de consolación, la Guayana Esequiba. Todo también se desataría por las precisiones de Raleigh, vislumbrando la valía estratégica del Orinoco para la Gran Bretaña al indicar: “y desde el lugar por donde nosotros entramos se pude ir río arriba en pinzas pequeñas a muchas de las mejores regiones del Nuevo Reino de Granada y de Popayán, y desde ningún otro sitio es tan fácil invadir y tomar las ciudades de esta zona de las indias como desde aquí”.

jueves, 3 de octubre de 2013

Autopartes en Guayana: un problema complejo

La dinámica nacional es tan compleja como contradictoria, tantos recursos disponibles como desafíos por resolver, la inversión social en niveles de récords históricos y los parques industriales con serios aprietos de producción, tanto productos como servicios a media máquina, las tesis tanto de saboteo como de ineficiencia a la orden del día, mientras tanto, otro problema por resolver: el flujo de distribución de autopartes está patas arriba.
Así funciona la cosa. Aunque la compleja realidad de los repuestos o autopartes no es endémica, es preciso analizar con detenimiento algunos elementos que la hacen, más intensa o menos, en Guayana. Salir a comprar un repuesto automotor en Ciudad Guayana puede llegar a ser toda una aventura, los escenarios son diversos, desde la dificultad de conseguirle, de tener a la mano, o no, una variedad de marcas y precios, hasta no entender cómo de un local a otro la diferencia de precio del mismo repuesto puede ser de hasta un 80%. La canasta está llena de sorpresas. “En Guayana ahora mismo no le aconsejo a nadie que monte una venta de autopartes”, comenta con seguridad un novel pero exitoso empresario del área, Luis Galarraga, ingeniero de la UNEG que se atrevió en 2009 a emprender y le tocó vivir tiempos menos turbulentos. “Ahora mismo enfrentarás dos problemas, los grandes distribuidores no están abriendo códigos a nuevos negocios por temor de fraude o incumplimiento de pago, y por otro lado, no hay repuestos, de manera que pides 50 unidades de un producto y la empresa te envía 15, entonces quedas en las manos de algunos inescrupulosos revendedores mayoristas”, agrega en su explicación el empresario. Según el vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes (Canidra), José Cinnirella, “el 2013 ha sido el peor año para el sector de autopartes”, se trata sobre la visión de Cinnirella de una “onda preocupación en el gremio. Este año ha sido el peor año desde que se implementó el control cambiario. Nos cerraron completamente las fuentes para la obtención de divisas”. Esto cobra más pertinencia cuando se reconoce que aproximadamente el 95% de lo que se vende en un local de repuestos son autopartes importadas, “aquí yo solo vendo algunos productos hechos en Venezuela, una marca de amortiguadores, alguna que otra pastilla de frenos, espirales y alguna gomas del tren delantero”, asegura Galarraga. La receta del coctel. “Es cierto, aquí se venden repuestos, la gente está buscando repuestos y se venden, pero todo en el proceso de compra y distribución está pata arribas, y también es verdad que hay especulación, muchos recibieron fondos de Cadivi para autopartes y adquirieron otras cosas, y lo peor es que vendieron con precios de dólar paralelo”, confiesa Gerardo González, un mayorista de dilatada experiencia en el medio. El coctel tiene un poco de todo, un mercado dependiente de dólares para importar repuestos baratos de China, gente que recibe dólares Cadivi y los desvía o simplemente vende como si compró a dólar negro, gente que no recibe dólares oficiales y debe vender caro, repuestos escasos con una demanda sobredimensionada y las ensambladoras y productoras de repuestos en el perfil más bajo, clientes pidiendo rebaja y vendedores inescrupulosos, todo esto para atender un parque automotor nacional de 4.6 millones de vehículos. A ese orden se le agrega la percepción de pronto colapso, que aunque ficticio o no, afecta el mercado y sus precios, mientras tanto el vicepresidente de Canidra a finales de Agosto afirmó que del total del parque automotor “un 10 ó 15% de estos autos entra al servicio de mantenimiento cada mes y solo contamos con 30 ó 60 días de suministro de repuestos”. El problema es estructural. No existe una fórmula a la mano para resolver este complejo laberinto, se trata de responsabilidades y consecuencias compartidas, y los mecánicos también tiene su visión, José Manuel González, presidente de la Cámara Nacional de Talleres Mecánicos (Canatame), también a finales de Agosto declaraba que “la actitud de las casas de repuestos para la venta ha cambiado dramáticamente, anteriormente las casas de repuestos iban a los talleres para ofrecer los productos”. El empresario guayanés Luis Galarraga, aún cuando reconoce especulación manifiesta en los precios de muchas casas de repuestos, no deja de resaltar que de la administración de divisas se desprende el mayor peso de la problemática, y es que según Canidra la última subasta de divisas solo atendió a 428 empresas del área por unos 180 millones de dólares, esto, cuando la demanda anual es de 1200 millones de dólares para traer al país 80.000 tipos de autopartes que requieren las 100 marcas y poco más de 1300 modelos de vehículos que se encuentran en el país. Otra arista a tomar en cuenta es la baja en la producción nacional, punto sobre el cual el presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa), José Luis Hernández, concluye: “tenemos una reducción de 40%, son casi 37.000 unidades frente a las 54.000 del año pasado para esta fecha. Con suerte y si mejora la fluidez de divisas en los próximos meses, podríamos estar cerca de 70.000 unidades, unas 34.000 menos que el año pasado”. Precisamente en ese nivel del problema pudiera estar la solución a gran parte del entramado. Producir, ensamblar autos y fabricar repuestos, alimentar al parque nacional y exportar. Favenpa registra números del 2007 donde entraron 260 millones de dólares al país colocando productos en Inglaterra, Japón y Estados Unidos. Y es que con la entrada al Mercosur pudieran abrirse escenarios que destranquen el juego. Sin embargo para la gente de Favenpa es necesario que se cumplan algunos requisitos: agilizar la entrega de divisas, asegurar el acceso de los fabricantes nacionales a aceros especiales, aumentar los incentivos a la exportación, y certificar el intercambio, comprar carros a Brasil o Argentina y venderles piezas hechas en Venezuela.

Guayana aprecia a Brasil como mercado extraordinario

Ya es un hecho, Venezuela es miembro Mercosur, y las ventajas y riesgos siguen en plena discusión en un escenario ideal donde los socios superaron un mercado regional de 5.000 millones de dólares para 1991 a uno de 60.000 millones en la actualidad, la quinta mayor economía del mundo. Mientras tanto Venezuela y Brasil, aun sobre una muy presumible compatibilidad política, sostienen también un muy tibio intercambio comercial de poco menos de 6.000 millones. Esos números, en teoría, deberían hacerse más amigables para Venezuela, quien por fin se legitima en una alianza aduanera que cuenta con un PIB de 3 trillones de dólares y un mercado de 270 millones de personas. En ese pedestal, qué papel puede jugar la reconocida potencialidad de la Guayana venezolana en el inmenso mercado brasilero.
Retrospectiva comercial. En 2005 Luiz Inácio Lula da Silva, al evaluar algunas de las balanzas comerciales con los países caribeños, reconocería que para su gobierno, “la relación comercial buena es aquella que es de una calle de dos sentidos, en que podamos vender, pero en que podamos comprar para tornar el comercio en algo más equilibrado y substancial para los dos países”. Para el 2010 las proyecciones del Ministerio de Desarrollo, Industria e Comercio Exterior de Brasil registraban algo más que una fuerte tendencia favorable para los amazónicos con respecto a Venezuela, se trataba de 5.424 millones de dólares importados por nuestro país a cambio de 538 producto de la exportación hacia Brasil. Se trata de una interacción dispareja donde las exportaciones de Venezuela hacia Brasil siguen disminuyendo, esto debido a la cada vez mayor independencia de los amazónicos en materia de hidrocarburos. El peor escenario se vivió entre el 2001 cuando llegaron 503 millones de dólares vía exportación de petróleo y derivados, y 2004 cuando solo entraron 34 millones según la Asociación Latinoamericana de Integración. En el tema de nuestras exportaciones reales, para Junio de 2013, según la Secretaría de Comercio Exterior de Brasil, ellos pagaron en un año 538 millones de dólares entre nafta para petroquímicas, aceites brutos de petróleo, coque de petróleo no calcinado, metanol, urea, energía eléctrica, garrafones de vidrio, laminados de hierro galvanizados, etilenglicol, cables de aluminio, correas de transmisión, aceites de aislamiento eléctrico, preparaciones de cromo, radiadores y manufacturas de caucho vulcanizado, entre otros. Pero, y Guayana qué, a dónde se refleja la generosidad del suelo guayanés y su tradicional carácter productivo en ese contexto. Guayana suplidora. Aunque ya se conocen algunas potencialidades, no se concretan con diligencia, y el norte de Brasil tiene por lo menos cinco años esperando el despertar de Guayana. Esa zona de Brasil cuenta con al menos 10 millones de personas y más específicamente con el polo industrial de Manaos y la zona franca de la misma ciudad. Se trata de un complejo industrial de 400 empresas grandes y medianas, ávidas de materias primas y productos semi manufacturados. Esa posibilidad puede materializarse sobre el asfalto y puentes de solo cuatro días de viaje en época seca. Ya en condiciones invernales se trataría de siete días. Los cálculos de la Cámara de Comercio e Industria Venezolano-Brasilera manejan el costo de flete de un camión de entre 12 a 18 toneladas entre 2.500 a 3.200 dólares dependiendo de las condiciones climáticas. Fernando Portela, director ejecutivo de esta Cámara, entiende que ese Polo Industrial requiere constantemente de plástico, polímeros, laminados, productos metalmecánicos, derivados de hierro y aluminio, productos de fundición para las industria de motos de Manaos, sin embargo, “han venido empresarios del norte de Brasil a Guayana y encuentran dificultades porque los excedentes para exportación no son suficientes, es difícil establecer un cronograma de producción para atender ese mercado”. Son 35.000 millones de dólares anuales solo en productos los que se generan de ese polo industrial, “estamos hablando de uno de las mayores de Brasil, imagínate la cantidad de insumos y materias primas que se requieren”, precisa el Director Ejecutivo de Cavenbra. Portela no titubea al decir que todos conocen el potencial, ya se precisaron las posibles alianzas en sus respectivos ramos, se han hecho reuniones, pero es necesario asegurar el marco jurídico que le garantice a las empresas brasileñas que no tendrán dificultades de gestión. Otra posibilidad real es explotar la ruta turística Manaos-Guayana-Mar Caribe, ahí se han hecho esfuerzos desde Embratur y el Mintur, se acordaron acuerdos para rutas aéreas donde Conviasa y Embraer jugarían el rol de protagonistas, sin embargo, la timidez en la ejecución ha privado, y como afirma Portela, todavía existen asuntos por afinar, como la infraestructura hotelera, posadas, servicios, y sobretodo seguridad. Al final, ahí está Brasil y su polo industrial de Manaos, atenta a que Guayana espabile.

La radiodifusión tiene números verdes en Guayana

Son conocidos por todos los atributos históricos de la radiodifusión en el mundo, su inmediatez y localismo la hacen única entre los medios de comunicación, en Guayana no es la excepción, pero más allá de esa premisa, es referente y herramienta natural del empresariado guayanés.
La buena radio. La discusión que se pueda dar sobre la calidad de la radio en Guayana puede llegar a puntos de encuentro muy tarde, sin embargo, mientras se activa ese proceso es necesario reconocer su importancia en el desarrollo de la región. La radiodifusión en Venezuela vivió sus años de ensueño en los 60, y en la década de los 90 se convirtió en ancla informativa de los medios nacionales. César Miguel Rondón lo deja más claro cuando afirma que “el espíritu rebelde de los 60 contribuyó a que en esa década se dieran cosas importantes. Pero para mí el año 92 marcó un hito en la radio, gracias a los sucesos políticos ocurridos en el país la radio se reivindicó, y los otros medios estuvieron a la zaga de nosotros. A la radio le tocó crecer con esa Venezuela del 92”. Ese punto de inflexión sirvió para mucho, entre otras cosas, la radio se posicionó como medio de comunicación de alto impacto en todas las facetas de la vida nacional, y que ya contaba con más de treinta años de producción de contenidos de altísimo nivel, a lo que el famoso locutor Porfirio Torres le provoca gran orgullo reconocer, aunque también le ha tocado contraponer con la actualidad cuando ha tenido que sugerir que “ahora existe una radio participativa pero adolece de producción y se ha convertido en una molienda de discos y cuñas”. En el marco de esa realidad se puede cuestionar y hasta reprochar la calidad de la radio en Guayana, pero “representa sin dudas la opción número uno del empresariado nacional y local, es el medio predilecto, el inmediato y constante, el que deja mejores réditos”, asegura Fernando Delgado, director de Onda 97.3 FM, hombre de radio y reconocido gerente y empresario de la región. “Es cierto que de las 60 radios de la ciudad no todas contamos con el mismo nivel de profesionalización, ni cumplimos todos con la Ley, ni estamos haciendo todos un trabajo responsable con el radioescucha y el cliente”, continúa Delgado, no obstante también entiende que existe un buen grupo de emisoras haciendo un esfuerzo constante por producir los mejores contenidos, por brindar alta calidad en todos los sentidos, “y por eso se confía cada vez con mayor fuerza en nosotros”. El negocio es algo más que saludable. Guayana cuenta con espacios publicitarios en todos los flancos, radio, televisión, cine, medios digitales y redes sociales, publicidad móvil urbana, pantallas electrónicas con tecnología de led, publicidad vial, medios impresos de todo tipo, eventos deportivos profesionales, entre algunos otros, pero cuando se le pregunta a diez empresarios guayaneses cuál es su primera escogencia, siete se inclinan por el envío de señales de audio a través de ondas de radio, o simplemente la radiodifusión. Rafael Escobar, director de Dinámica 95.5 FM y exitoso empresario guayanés, asume que el por qué de esa realidad está relacionado intrínsecamente con el efecto localista de la radio, “a la gente le importa lo nuestro, lo doméstico, lo propio, y este medio es perfecto para transmitir la sensación de intimidad, de autoctonía incluso”, además de agregar que es inevitable reconocer que la ciudad cuenta con un grupo de estaciones de radio de altísima calidad en todos los sentidos, desde su programación, su nivel técnico y el profesionalismo de sus creadores. En países como México el crecimiento de la publicidad en radio en 2009 fue de 8%, en donde la exposición por persona es de 3 horas con 39 minutos. En televisión el crecimiento fue de 2%, con una exposición por persona de 4 horas con 41 minutos. Estas cifras hablan del gran poder de penetración de la radiodifusión, y de la fidelidad del radioescucha con el medio local. Con esas cifras cuentan los gerentes de la radio de Ciudad Guayana y continúan haciendo esfuerzos para que siga así. Fernando Delgado confiesa que tiene la percepción, muy personal, de que Ciudad Guayana cuenta con la mayor cantidad de profesionales per cápita del país, “si le preguntas algo en la calle a alguien, te aseguro que va a ser una respuesta completa y bien argumentada, y con eso jugamos nosotros, no subestimamos al radioescucha, sabemos que Guayana es un público crítico y preparado para analizar los contenidos con mucha rigurosidad”. Por esa razón, explica Delgado, en su equipo de locutores y productores encuentras periodistas, ingenieros, abogados, economistas, administradores, en fin, comunicadores con bastante experticia. Números verdes. “Es cierto, aún en crisis, en recesión, la radio en Guayana da números verdes, para mantenerse y algo más”, confiesa Rafael Escobar, entiende que se trata de la primera opción de los anunciantes por muchas razones, entre otras, la televisión en Guayana no vive sus mejores momentos, y la radio no deja de crecer y hacerse de herramientas tecnológicas que la hacen más fuerte y práctica. Y no es solo el anunciante local quien invierte en radio, “aquí en Onda contamos con las mejores marcas del país, son nuestros anunciantes, desde bancos hasta bebidas energéticas”, explica Fernando Delgado, quien insiste en que existe una confianza manifiesta en la radiodifusión, y eso lo devolvemos con buena producción, aunque sabemos que no todo es color rosa. “De las 60 emisoras de Guayana, 20 estamos realmente en el marco de la legalidad, cumpliendo con todas las obligaciones de una empresa, incluyendo los requisitos ante Conatel y los de la Cámara Venezolana de la Industria de la Radiodifusión”, reconoce Delgado, afirmando que eso es una deuda con el radioescucha, “tenemos que sincerarnos, unirnos, y dar los mejor al cliente y al público, estando al margen de eso es en detrimento del servicio prestado”.

Guayana: potencial polo del deporte profesional venezolano

Aún con la crisis económica mundial ante los ojos y en los bolsillos de miles de millones de personas en el mundo, el deporte profesional organizado sigue recibiendo utilidades mil millonarias año tras año. Estados Unidos, países de la Unión Europea y latinoamericanos como Brasil y México, son espacios cotidianos de lo que parece contradictorio pero real, los estadios siguen llenándose, y la publicidad y televisión continúan colocando sus productos sobre la espalda de tan lucrativos espectáculos deportivos. Solo en Puerto Ordaz conviven dos negocios deportivos de carácter profesional, pudieran ser más, pero qué hay detrás de ese escenario, de Guayana y su potencial.
Guayana deportiva. Para propios y extraños del deporte venezolano Guayana representa una de las cunas y espacio natural de la actividad deportiva amateur y profesional. Esta plaza del sur de Venezuela ha sido referencia histórica obligatoria del fútbol nacional, de hecho, el estado Bolívar llegó a contar con tres equipos del primer nivel del balompié criollo. Minasoro del Callao, Minerven del Callao y Mineros de Guayana, un trío que no dejaba sin fútbol a Guayana domingo alguno. Se trataba de una dinámica muy distinta a la de actualidad, donde se ha profesionalizado cada etapa y elemento de ese submundo, más sin embargo, fueron instituciones que marcaron pauta y dejaron huellas imborrables en el libro del deporte nacional. El pasatiempo nacional también vibraba por estas tierras, en un principio como sede activa y robusta del desaparecido béisbol AA del país, posteriormente se acarició la primera experiencia de espectáculo profesional a finales de los 80 y principio de los 90 con la figura de Tucanes de Guayana, campeón debutante de la también desvanecida Liga de Verano. Muchos aún recuerdan con nostalgia las noches de béisbol del bueno en el estadio de la Ferrominera, donde figuras como Oswaldo “El Gago” Olivares, Rodolfo “Popy” Hernández y Leonardo Hernández brillaron. El baloncesto también tuvo sus primeros esfuerzos en el plano profesional en la década de los noventa con la aparición de Pioneros de Guayana en la recordada Liga Superior de Oriente, después le seguirían iniciativas más duraderas como la de Macizos en la LNB y Gigantes en la LPB. Es bueno recordar así que Guayana fue plaza de múltiples negocios del deporte rentado, cada una con características propias que le han valido la permanencia y arraigo, o la extinción, el caso del Minerven del Callao avasallador, que trajo al antiguo Polideportivo Cachamay a los mejores del fútbol sudamericano y luego se desvanece como arena en las manos, es una de esas tragedias gerenciales en nuestro haber, pero, qué hay detrás de Guayana como sede de espectáculo profesional, qué tan rentable puede ser, qué le depara el futuro en esas lides, son preguntas aún por responder.
El potencial comercial. Como todo negocio, el deporte profesional no puede germinar y crecer sin eficiencia financiera, en otras palabras, sin utilidad y liquidez no hay cariño que valga. “La primera debilidad de Guayana como sede es la falta de cultura del deporte profesional en el Estado, aún si contamos con los poco más de treinta años de Mineros de Guayana en el profesionalismo, por otro lado, la infraestructura sigue siendo débil para comercializar, al menos en el caso del baloncesto”, así lo entiende Argenis Martínez, gerente general de Gigantes de Guayana, una franquicia que ha venido consolidándose en la Liga y en la ciudad desde su debut. A Guayana aún le cuesta un poco competir con otras sedes de mayor envergadura en la búsqueda de los grandes patrocinios publicitarios, y sobretodo con equipos consolidados como Marinos de Anzoátegui o Cocodrilos de Caracas, afirma Martínez al analizar otra de las aristas de la gerencia deportiva, sin embargo agrega que con planes estructurados, la forma correcta de hacer las cosas y sobretodo los resultados, es la mejor fórmula para enganchar al soporte publicitario. Por otro lado, es importante tener en cuenta que Guayana para los expertos en una plaza cruda, que tiene mucho por explotar, invertir en lograr el arraigo para generar fanaticadas constantes es atractivo para los empresarios deportivos, la competencia es poca o casi nula y la gente está ávida de un buen espectáculo, sin embargo para el gerente de Gigantes lo logístico es un reto permanente, “es una plaza muy lejana, si te das cuenta el 70% de los equipos se mueve por vía terrestre, a nosotros nos toca hacer casi el 90% vía aérea, lo que te incrementa los costos”. ¿Futuro promisorio?. Sin duda alguna la afición al espectáculo deportivo profesional sigue creciendo en Guayana, el Gimnasio Hermanas González con Gigantes tiene su asistencia por temporada dentro de los promedios de la Liga, aún cuando cuenta con un aforo muy reducido. Mineros de Guayana, por suerte, tiene a su lado una afición muy futbolera, de las más constantes del balompié nacional. Sin embargo, hay cosas por explotar, sobretodo bajo la visión prioritaria de satisfacer al aficionado. “Paradójicamente, en una ciudad industrial, nuestros equipos profesionales no cuentan con el apoyo irrestricto de estas empresas, las razones estarán ligadas seguramente a la cuestión de la poca cultura de la hablamos”, analiza Martínez, quien admite que eso parece sufrir un leve cambio hacia lo positivo, además de aplaudir la nueva Ley del Deporte, de la cual cree se ha convertido en una herramienta valiosa para conseguir patrocinio. Muchos protagonistas del deporte en sus distintos niveles reconocen la calidad del público guayanés, eso es otro punto a favor, aún cuando no se conoce a ciencia cierta sus niveles de resistencia a espectáculos más costosos y de temporadas más largas. Sin embargo, eso lo tendrán que analizar los futuros gerentes del deporte profesional de nuestro Estado, quizás los interesados en una expansión de la LVBP, aún cuando se presume su muy lejana aparición, sino basta con hacerse de la metáfora de los entendidos en ese negocio: ¿para qué picar una torta que se hace más suculenta y deliciosa año tras año en diez pedazos, si la podemos seguir picando en ocho?

El Sicad no ha pasado por Guayana

Mucha agua ha corrido bajo el puente del control de cambio en Venezuela, y aunque es prácticamente imposible leer o escuchar de los medios y sus expertos en economía el recuerdo de la principal razón de esa decisión en 2003, y que tuvo que ver con la fuga de capitales y un ataque económico estructurado, es inocultable la presunción que se tiene desde hace un buen tiempo sobre su condición de herramienta política del gobierno para controlar los hilos más gruesos de las finanzas nacionales. Sin embargo, en otra estrategia del Ejecutivo para dinamizar procesos que deberían ser casi naturales, aparece el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), en ese contexto Guayana pareciera ser escenario propicio para ser tomado en cuenta y aliviar, al menos un poco, las ya conocidas heridas del parque industrial y su entorno comercial, pero por ahora no se siente su impacto.
El Sicad en Guayana La última subasta, fue la número cuatro, en esa oportunidad se entregaron 300 millones de dólares a personas jurídicas, específicamente a las relacionadas con alimentos y comercio de productos de la cesta navideña, comercio y manufactura de juguetes, textiles para la confección de prendas, y empresas químicas, específicamente para la importación de insumos y materias primas para la fabricación de pinturas. Se trata en este caso de un Sicad navideño, un sistema para cubrir la coyuntura propia del último trimestre del año. En las tres subastas anteriores el Ejecutivo ha centrado su atención en alimentos, construcción, repuestos automotores, medicamentos y artículos escolares. Raúl Gil, reconocido consultor financiero y tributario de Guayana y director de la Cámara de Comercio de Caroní, entiende que el Sicad no ha impactado a el empresariado guayanés, al menos no a las pequeñas y medianas empresas, ya que Guayana y sus grandes industrias no han sido prioridad para los lineamientos Sicad por tratarse de empresas productoras de materias primas. “Son tres elementos, nuestros empresarios no tienen la suficiente información para animarse a subastar, el Ministerio de Finanzas y el BCV no han hecho el esfuerzo divulgativo suficiente, y por otro lado, no hay un interés manifiesto de los empresarios ya que la naturaleza de nuestras empresas está relacionada a producción de minerales y materias primas, y eso no es prioridad del Sicad”, así entiende el panorama Raúl Gil. Se trata entonces de tres vertientes de una realidad que mantiene a los empresarios guayaneses fuera del alcance del Sicad, comparado esto con otros polos industriales y comerciales del país como Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Caracas, Margarita y Punto Fijo. El ingeniero Valdemar Díaz, presidente de Asocomercio San Félix, aun cuando reconoce sin complejos que no tiene cifras oficiales en la mano, también interpreta sobre lo que se presume ser una percepción de desinterés y desconocimiento del empresariado guayanés. Díaz advierte que esto tiene su vinculación con una realidad histórica de la relación provincia y capital. “Si te fijas, cuando viajas Venezuela, caes en cuenta que en las grandes ciudades y otras no tan grandes, pero que pertenecen al eje central, norte y costeño del país, no sufren los niveles de escasez de Guayana, ves los productos en los anaqueles, los que aquí por alguna razón u otra desaparecen por largas temporadas”, por otro lado dudo que se vea el efecto del Sicad en Guayana, “quisiera estar equivocado pero eso se queda en los laboratorios farmacéuticos y fábricas de autopartes del centro del país, aquí se produce muy poco, no sé qué tanto le habrán dado a los metalmecánicos, pero aquí no hay láminas ni productos terminados, todo eso viene de arriba”.
Lo que se viene El caso de las personas naturales es otro, de hecho, en la última subasta disminuyó el número de solicitantes, se habla de que algunos bancos vieron cómo cayó en hasta un 60% el promedio de pedidos, sin embargo, los viajeros guayaneses juntos con los del resto del país recibirán mil dólares extra para su travesía. La reducción tiene que ver con el precio de los boletos en temporada vacacional, pero el viajero que se animó y supo presentar los requisitos exigidos por el ente emisor, fue atendido con éxito. Ya se informó desde el BCV que se atenderán viajeros de Noviembre y Diciembre. Los empresarios guayaneses que reconocen o no la falta de información por parte del Ministerio de Finanzas y BCV, pueden hacerse de una herramienta más que útil, la Cámara de Comercio de Caroní, la Cámara de la Construcción y Asocomercio San Félix, están organizando para el próximo 15 de Septiembre un foro Sicad, donde se desarrollarán sus aspectos legales y tributarios, para preparar a los empresarios para las subastas de Octubre y Noviembre. Raúl Gil, experto en el tema tributario, adelanta que en ese foro se darán detalles del tema fiscal de los recursos obtenidos a través del Sicad, para él, es importante reconocer también el desconociendo del tema, y es que el que obtenga divisas extranjeras, que por cierto está entre 11 y 12 Bolívares, debe tener en cuenta el diferencial cambiario propio de ese sistema, y ha de dársele un tratamiento contable, financiero, y tributario aplicado a la Ley del Impuesto sobre la Renta. “Los dólares adquiridos deben usarse para comprar maquinarias, repuestos e insumos que incidan sobre la producción de la empresa, cualquier otro elemento seguramente no podrá ser deducible sobre el ISLR”, eso es primordial tenerlo en cuenta asegura Gil.

¿Se está investigando en Guayana?

Sin tener que entrar siquiera en el campo interpretativo de los enfoques, tendencias o paradigmas, ya se considera de dominio universal la relación entre investigación y producción, quien investiga produce, quien produce progresa. Aun cuando no es tan sencillo en la realidad como en la ecuación, sigue habiendo mucho de verdad en eso, y parte, o gran parte de la coyuntura productiva del país está atada a nuestros niveles de inversión y adecuación científica-tecnológica. En ese sentido es necesario, una vez más, preguntar: ¿Se está investigando en Guayana?, ¿el parque industrial de la región se favorece del esfuerzo de los investigadores, universidades y centros de investigación de la región?
La esencia Como todo en la vida, esta es otra de las materias que corresponde analizar de la mano de la realidad histórica que le precede, sin embargo acortaremos, por ahora, algo de camino colocando en la mesa lo que se presume actualmente como más acertado, de allí la interpretación del profesor de la UNEG, Miguel Velandia, Coordinador del CIMAT (Centro de Investigación de Ciencias de los Materiales), lugar propicio para reconocer la realidad de la transferencia de conocimiento de la academia a la industria y viceversa, en este caso en el área específica de metales y aleaciones, materiales cerámicos y compuestos, procesos metalúrgicos, caracterización de materiales y residuos industriales. “Yo no puedo hablar por todo el universo investigativo de Guayana, pero conozco las dinámicas generales, y sobre todo en la relación de la universidad con Sidor y Alcasa, con quien tenemos proyectos”, afirma Velandia, quien agrega que las fallas en la planificación y desarrollo de una agenda seria son de parte y parte, tanto los presidentes de las empresas como los directivos universitarios no han logrado poner en marcha un programa de transferencia de conocimiento concreto y sostenido en el tiempo. Por otro lado Víctor Álvarez, viejo conocido de Guayana, investigador del Centro Internacional Miranda y otrora ministro de Industrias Básicas y presidente de la CVG, explicaría en Mayo del año en curso que una de las aristas del complejo y entramado mundo de las empresas de Guayana tiene que ver con la poca comprensión de la dinámica global. No es secreto para nadie que “en la actualidad la actividad productiva se ha hecho cada vez más intensiva en el uso de conocimientos científicos y tecnologías. La eficiencia en el uso de materias primas y energía ha sido posible gracias a un creciente uso de información y conocimientos en los procesos productivos”, explica Álvarez, añadiendo que la “problemática estructural de las empresas básicas tiene sus causas en el agotamiento de un modelo productivo basado en la vieja idea de las ventajas comparativas sustentadas en la explotación de materias primas, energía y fuerza de trabajo, cuando hoy en día la clave radica en la creación de ventajas competitivas sustentadas en el desarrollo de capacidades para generar, transferir, difundir y utilizar nuevos conocimientos científicos y tecnológicos”. En otras palabras, si no llega la adecuación tecnológica-científica es imposible pensar en productividad, parte de la clave se ha explicado con detenimiento desde distintos sectores en distintos momentos, la idea de convertir los insumos básicos en productos de mayor valor agregado e intentar “sustituir importaciones y exportar productos manufacturados que pueden ser vendidos a un precio 10 y 20 veces superior al que se cotizan los insumos básicos. Es así como las empresas básicas podrán crear nuevas oportunidades de trabajo productivo, aliviar sus nóminas y mejorar su desempeño”, finaliza explicando Álvarez.
¿Y la investigación? Venezuela contaba ya en 1990 con un modelo propio de los países subdesarrollados: “la mayor parte de la investigación científica que acá se realiza está concentrada en el subsector universitario oficial. Así, 92% de los investigadores pertenece a las universidades públicas, autónomas y experimentales, y 94% de los productos de investigación que se obtienen en el país, incluyendo publicaciones y patentes, resulta de la labor desplegada por dichos investigadores, confirmaba el investigador Julio Urbina en los Cuadernos Lagoven de la época. Esa realidad se ha ido desplazando hasta nuestros días con otros colores y relieves. La Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (RICYT) tienen registros hasta el 2010 de donde se desprenden datos a tener en cuenta: el coeficiente de invención en Venezuela (0.44) estaba muy por debajo del promedio latinoamericano (1.71), o del (2.27) iberoamericano, ni hablar del brasileño (3.76) o del canadiense (13.33). La misma RICYT reconoce que desde 2006 con la aparición de la LOCTI, los niveles en inversión se han incrementado de manera significativa, para 2009 Venezuela había invertido 7.700 millones de dólares en actividades científicas y tecnológicas, aunque no tienen registros de datos correspondientes a investigación y desarrollo experimental. La inversión total de América Latina y el Caribe ese mismo año fue de 44.749 millones de dólares. Por otro lado, y solo como referencia, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, quien ha desarrollado el “Webometrics Ranking de las Universidades del Mundo”, un instrumento para medir la dinámica de las universidades en temas de publicación en revistas científicas, participación en redes científicas internacionales, presentación y contribución científica online, entre otros elementos, en su sección de Latinoamérica, ubica a la UNEG en el lugar 775, y a la Unexpo como la 665 del continente. Entre las primeras diez de América Latina, seis son de Brasil, y la primera es la Universidad de San Pablo, lo que resulta para nada paradójico. La ULA venezolana está en el puesto 48. Se trata de planificación Los números parecen ser alentadores, pero deben trasladarse al plano de la productividad. Venezuela (con 2.36%) para 2009 estaba muy por encima del promedio de América Latina y el Caribe (0.72%) del gasto en ciencia y tecnología en relación al PBI, sin embargo las políticas públicas en ese sentido deben tomar sentido unidireccional por el bien de todos. El profesor Luis Alberto Buttó, del Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad de la Universidad Simón Bolívar, habla de que “construir la agenda de investigación de las universidades nacionales es construir la agenda de investigación nacional, ya que hasta tanto no se modifiquen sustancialmente las relaciones entre el subsector científico y el aparato productivo nacional, la investigación científica no podrá ser mayoritariamente ejecutada por el sector privado de la economía”. Un buen ejemplo práctico en ese sentido, lo exhibe Guayana. El profesor Miguel Velandia asegura que las universidades venezolanas tienen el personal con la competencia y experticia, pero no existe sincronía entre el trabajador de la empresa y el científico universitario, además la infraestructura casi no existe, porque son pocas las investigaciones, “si requieres hacer un análisis en microscopio electrónico ahí se presenta una debilidad, nosotros no lo tenemos, Fundacite si, pero se crean trabas para el investigador, y se requieren cientos de procedimientos burocráticos para acceder a un equipo que es del Estado”. En ese plano es prioritario un centro con todos los equipos y a la mano de todos, y desde donde se desarrolle tecnología para ir armándolo sin tener que importarlo todo, concluye el profesor Velandia. Ahí pudiera estar, al menos, un paso adelante.

La inflación es cabalgante en Guayana

Antonio Valdez Zurita CNP: 18.446 @antoniovaldezjr Hace poco más de cinco días se leía en todos los periódicos del país que la inflación llegaría a 45% al cerrar el año, y eso lo reconocía uno de los más equilibrados representantes del oficialismo, Jesús Farías, vicepresidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional. Pero en Guayana puede ser peor la cosa, y es que en Enero Guayana hizo honor a esa visión del viajero nacional que la visita y alarmado dice que en esa tierra todo es carísimo. Pero qué hay detrás de la inflación en Guayana, un coctel de todo un poco, además de una urbe que no ha terminado de comprender que gira en torno a un polo industrial que está deprimido desde hace más de una década y media.
Así está la cosa en Guayana Aunque a continuación se presenta un experimento aislado que no necesariamente refleja la totalidad del panorama nacional, es un acercamiento a la realidad por abordar: Si una ama de casa guayanesa, de clase media o baja sale a comprarle un par de zapatos a su hija adolescente pensando en un calzado deportivo de calidad que al menos le dure un par de años, deberá desembolsar 3.500 bolívares, eso, poco más o poco menos en cualquier establecimiento comercial de Puerto Ordaz. Ese bien importado, tiene un costo de venta internacional y al detal de 65 dólares, en la capital se encuentra en al menos 600 Bolívares menos, y en ventas en línea, podría llegar hasta los 1400 bolívares. Todo es parte de un complejo contexto con múltiples interpretaciones: que no hay dólares oficiales para importar, que es porque los comerciantes quieren asegurar inventarios surtidos, que los controles de importación son casi imposibles de cumplir, que el resto de la cadena está distorsionada por la inflación, hasta las tesis de que se trata de especulación, guerra económica activada pero no declarada y ejemplo vivo de la fórmula de ahorcamiento económico que le aplicó la CIA al gobierno castro comunista de Allende. Todo es parte del debate nacional, pero la ciudadanía sigue en la orilla sufriendo los embates de la ola de precios. En Enero el BCV informaba que Guayana sufría una acumulación inflacionaria en bebidas y alimentos un punto por encima del promedio nacional. Ese mes sería fatal, se trataba de la inflación nacional y regional más alta desde abril de 2010. Los alimentos y bebidas no alcohólicas llegaron a un 6,5% en Ciudad Guayana, el promedio nacional sería de 5,3%. Al final se registraba una inflación general del 4% en Guayana, arriba del promedio nacional de 3,3%. Ese mes Guayana superaba a Maturín, Mérida, Maracay. Todos los meses siguientes la tendencia mantuvo a la ciudad entre las cuatro primeras, y para Agosto, Guayana estuvo entre las seis ciudades que superaron la media nacional, de manera que el dinero rindió menos en San Cristóbal con 3,9%, seguido de Mérida, Barquisimeto y Valencia todas con 3,3%, y Maracay y Ciudad Guayana con 3,1%.
Un problema que no se detiene Este mes, como ha venido siendo costumbre tiene el orden de los precios por rubros casi constantes: salir por algo de diversión es lo más costoso (esparcimiento y cultura con 7,5%), comprar algo de ropa es algo que pudiera considerarse como lujo para muchos (vestido y calzado con 4,4%), y superado por cuatro elementos de la cadena, está alimentarse en casa (alimentos con 2,9%), si embargo este ítem se agrava un poco porque también en Agosto subió el promedio de escasez y bajó el de diversidad, es decir se consiguieron menor cantidad de productos en menor cantidad de marcas. De manera que en Guayana la fórmula para un final de año con menos estrés sería: ahorrarse las salidas a conciertos o eventos en general, no comer en restaurantes o en la calle, y ahorrar para viajar y comprar ropa, eso pudiera también satisfacer por algunos días la necesidad de esparcimiento y de comer fuera de casa. Fedecámaras este pasado lunes en la voz de su presidente Jorge Roig, ratificaría la posición oficial de miles de empresarios en Venezuela, la inflación obedece a las malas políticas económicas de catorce años de gobierno, de las medidas de control cambiario y estabilidad laboral, además de presentar cifras de Fedecámaras que hablan de que para Enero del 2013, el 30% de los trabajadores del sector privado eran independientes, algo así como 3 millones 700 mil personas. Las cifras de Roig hacen presumir que los trabajadores informales aumentaron en poco más de 25% en un año, de manera que el aparato industrial venezolano trabaja con los mismos números desde principio de la década del 70. Estas cifras aunque debatibles y confrontadas por razones políticas obvias, no dejan de impactar al consumidor, de hecho, economistas guayaneses declaraban para Enero de 2012, que una familia necesita al menos dos salarios mínimos para compensar lo que era una canasta alimentaria de 3 mil 688 bolívares. La cultura del resuelve Detrás de lo visible hay una gama de relaciones que nacen de la coyuntura natural entre causa y efecto que no deja de asombrar aún cuando son pocos los que se detienen a estudiarle. El reconocido profesor e investigador social Luis d'Aubeterre, doctor en psicología y experto en el área de psico-socio-antropología y ecología humana, entiende que el tema de la inflación tiene añadiduras que la hacen una mezcla quizás única en el continente, y que es como una bola de nieve que se va haciendo proporcional al uso y costumbre folklórico del venezolano “acostumbrado por décadas al importar y no producir, por aquello del dólar que siempre se ha conseguido fácilmente, incluso con las restricciones de los últimos veinte años”.
Venezuela goza de un fenómeno digno de estudiar científicamente, “hacer dinero en el mercado informal sin siquiera tener dinero propio, sino con préstamos, rinden réditos muy superiores de aquel que se ha preparado e intenta vivir de su profesión en un mercado de trabajo deprimido”, esto crea una desvirtuación de lo que entendían las madres como el deber ser al decir “estudia y gradúate para que disfrutes, sin embargo, ves como gente que lava carros, ni siquiera en un auto lavado como negocio legalmente constituido, por pocas cantidades, pero que a la vuelta de un día, cinco días a la semana, un mes, 365 días al año, reportan cantidades muy superiores a la del salario anual de un profesional”. Esa anomalía de la economía se le suma otra factor clave para el experto, la corrupción. Desde la del funcionario público, la del ministro, la del gerente de Empresa Básica, pasando por la del empresario contratista, hasta la del vendedor de periódicos que juega el juego de no tengo sencillo para el vuelto. “Son pequeños actos delictivos que en lo cotidiano desaparecen porque están conectados a la permisibilidad que otorga la excusa de los grandes defectos de la macroeconomía, además de la poca valoración ética del deber ser”, entiende d'Aubeterre. Todo esto finalmente “redunda en una emergencia de perdida de valores, una hemorragia de antivalores, y acompañado con la desaparición constantes de artículos tan ridículamente básicos, lo que va creando mercados paralelos de las cosas más sencillas”, y un efecto que se ha venido transformando en causa en este complejo círculo vicioso, es lo que d'Aubeterre llama la cultura del resuelve. “El resuelve es una divisa, una expresión clave para entender la corruptela, de desaparición de rubros, las compras sistemáticas e irregulares de algunos proveedores del gobierno, como aquellos que compran para revenderlo cinco veces mas caro en la esquina de mi barrio, pero lo curioso es que las instituciones del Estado también funciona bajo esa lógica, como el buen resuelve, la comisión en una compra internacional de un alto funcionario que compra un producto a punto de caducar a un precio ridículo que dejan enormes ganancias en la sobrefacturación”, ahí está a todos los niveles la expresión del resuelve y su relación con fenómenos de corrupción como la especulación y compensación.