lunes, 7 de julio de 2008
El deporte en Bolívar en una encrucijada (I y II)
Aunque las bases continúan débiles, la gerencia deportiva en Venezuela muestra categóricos síntomas de mejoría, y el Estado Bolívar sigue probando fórmulas
Hasta la fecha suman 107 los atletas, 10 de Bolívar, que se vestirán del tricolor nacional para representar a una nación ávida de triunfos e inspiraciones colectivas. Ya la cifra se constituye en todo un récord y seguramente es indicativo que la senda a seguir no está tan desviada, que se han hecho esfuerzos y que es necesario que nos congratulemos, porque se trata de un logro nacional. Mas sin embargo, surgen algunas interrogantes, entre ellas: ¿Se pudo conseguir mucho más? ¿Qué hizo y hace falta en el sistema deportivo nacional para explotar el potencial al máximo?
Al menos en el Estado Bolívar, y desde principios de la década pasada, los indicadores de la dimensión del deporte se han paseado por cuanto factor pueda influir en el resultado. Partiendo de la acostumbrada deficitaria asignación presupuestaria, el mal creado hábito de los famosos créditos adicionales, la indecisión gerencial en generar política pública del deporte o de concebir al deporte como política pública, además de las inacabables intermitencias entre la administración asertiva y la improvisación, el tema de la capacitación del recurso humano parece continuar como materia pendiente, la tímida agresividad de los planes y proyectos, el abandono, éxodo o fuga de atletas, la pasividad en el fomento de nuevas asociaciones y clubes deportivos, la inadecuada atención integral al atleta de alto rendimiento y la irregular dotación, mantenimiento, construcción y rescate de los centros de entrenamiento.
El fenómeno olímpico venezolano de hoy, encuentra similitudes con el que vivió la delegación de Bolívar en los pasados juegos deportivos nacionales. En los Llanos 2007 se incrementó 34 puntos y 24 medallas con respecto a los Andes 2005, así como el número de atletas, que pasó de 296 a 358, se subió 4 puestos en el ranking nacional, empatando con Zulia y consiguiendo el tercer lugar como Estado más rendidor. Considerable mejoría del paciente, pero aún con muchas dudas en la confiabilidad de los cimientos gerenciales.
LA ESTRUCTURA
La planificación deportiva del país corresponde al Ejecutivo Nacional, quien la ejerce a través del Instituto Nacional de Deportes (IND), a partir de ahí, las escala baja en orden de lo estadal, municipal y parroquial, distribuyendo entre esas instituciones la formulación, desarrollo y ejecución de dicha política deportiva. En el Estado Bolívar, como en el resto de las entidades federales, el deporte es organizado desde un instituto autónomo, en este caso, el Instituto Regional de Deportes de Bolívar (Idebol), desde donde se diseñan las políticas deportivas, se administran los recursos cedidos por la gobernación y se distribuyen según sean las necesidades de las asociaciones deportivas, instituciones escolares y comunidades organizadas en general.
Una asociación deportiva reconocida por Idebol, legalmente constituida y al día con sus recaudos, despliega sus actividades dependiendo del talento desarrollado desde los clubes deportivos, de esa manera, debe crear los mecanismos de selección del potencial sobresaliente, formar selecciones en todas las categorías y organizar eventos que hagan posible, permanente y equitativa dichas selecciones.
Ahora bien, algo ha de andar mal en el andamiaje gerencial, alguno de sus eslabones, quizás todos, “El deporte en Bolívar se ha venido a menos, no sólo el voleibol, es decepcionante hacer el trabajo, conseguir los atletas y luego venir al instituto y no poder conseguir los recursos para mantenerlos motivados y en competencia” así entiende la situación el presidente de la asociación de voleibol del Estado Bolívar, José Jiménez, mejor conocido en el mundillo del tabloncillo como “El Ciego”, quien reconoce que Guayana cuenta con “recurso humano suficiente para estar entre los mejores”.
Por su parte, José Alberto Zurita, reconocido analista deportivo de Ciudad Bolívar y otrora presidente de Idebol, visualiza la situación actual como más alentadora que en años pasados, aunque insiste en que todo pasa por el déficit presupuestario y una estructura contaminada, “ahora Idebol cuenta con una administración deportiva especializada, gerentes del deporte honestos, preparados y comprometidos, con mejor visión a futuro y adversos a la improvisación”.
Pero sólo con preparación no es posible canalizar los mejores resultados, el presidente del Instituto Regional de Deportes de Bolívar (Idebol), José Antonio Perazzo, en casi dos años de labor frente a la institución, resume el panorama deportivo en Bolívar como un “escenario llenos de posibilidades y potencialidades, aunque hay que admitir que debemos trabajar para construir un mejor presupuesto, aquí aún reina la carencia de cultura organizativa, la falta de corresponsabilidad, porque los actores de la actividad deportiva no entienden que son parte del problema y parte de la solución, y persisten en la creencia en un Estado dador, en la teta de recursos que no se acaban”.
Para Yamilet Díaz, sobresaliente judoca guayanesa, el deporte en Bolívar como en casi toda Venezuela, depende de las gerencias inteligentes, “he sido testigo de buenas gestiones, como de otras no tan buenas, y todo era influenciado por el grado de improvisación utilizado, de seguro que el día que se entienda que el atleta necesita atención integral, buenos centros de entrenamiento, comedor, becas, incentivos y apoyo emocional y psicológico, los resultados llegarán sin complicaciones, el problema es que en la mayor parte del tiempo no contábamos con ninguno de esos elementos, nunca estaban completos los reales”.
Son cuatro visiones, cuatro capas de la atmósfera deportiva, el dirigente, el crítico, el gerente y el atleta, todas coinciden en el factor presupuesto, pero ¿cómo conjugar las verdades de cada una para conseguir la sustentabilidad deportiva?
BENDITO PRESUPUESTO
El bahiano, Orlando Silva, responsable de conducir la política deportiva brasileña explicaba en 2007 algunos ángulos del éxito deportivo del gigante suramericano, magnificado en los pasados juegos Panamericanos. “Buscamos un punto de equilibrio entre el deporte competitivo y el deporte social porque el primero construye a un ídolo y la existencia de un ídolo es fundamental para promover la práctica deportiva, entendiendo que el deporte social es diferente al de alto rendimiento pero no es un adversario. Hay que encontrar equilibrio” para eso el vecino país diseñó una estructura presupuestaria efectiva
Decía Silva que para Brasil “es muy importante una ley que sanciona un sistema compuesto por clubes en las bases, ligas en las ciudades, federaciones en los estados y confederaciones en el país. Y mientras hay deportes como el fútbol, el vóley, el básquet y el hándbol que se autofinancian, el sector público es el primer sponsor del resto de los deportes”, de esta manera que esa ley sancionada por el congreso le destina al Comité Olímpico Brasileño el 2 por ciento de todo lo recaudado por las loterías.
Ese dinero va a las confederaciones y según Silva “permite un financiamiento con una base mínima (…) lo distribuye la Caja Económica Federal y el Comité Olímpico debe responder ante el Tribunal de Cuentas de la Unión por aplicación de esos recursos”.
Fórmula Internacional:
Tal cual como funciona en países como China, E.E.U.U, la antigua Unión de República Socialistas Soviéticas y más recientemente Inglaterra, donde la clave está en el deporte escolar, comunal y universitario, pero otorgándole autonomía financiera a los mismos clubes y asociaciones, y sólo dedicándose a monitorear el buen uso de esos recursos.
Once medallas de oro, diez de plata y siete de bronce en Sídney 2000, el Reino Unido certificó que la inversión en el deporte escolar trae resultados casi inmediatos. El mejor rendimiento desde 1920, que los llevó al decimo puesto mundial, “tiene su origen en las libras que los británicos gastan en la lotería nacional, un sistema de financiación también adoptado en Holanda”, informaba Lourdes Gómez, representante del comité olímpico británico, quien agrega que “desde 1994, el deporte británico recibe 4,7 peniques de cada libra gastada que, en términos globales, se concreta en una inyección desde entonces de 1.600 millones de libras esterlinas, paralelamente, el tesoro aporta 50 millones de libras anuales, cantidad que se duplicará para el año 2003”.
En 2003 el ministerio de cultura británico comenzó el desarrollo de 150 colegios especializados en deporte, para lo que Tony Blair, Primer Ministro del Reino Unido, prometió 750 millones de libras en la impulso del deporte en las escuelas y comunidades. España también comprobó que la inversión deportiva es grata en retribuciones en los Juegos de Barcelona 92, cuando pasó de las 4 medallas de Seúl 88 a sólo 22 en la ciudad condal, poco después la Asociación de Deportes Olímpicos de España justificaba tal éxito por la trasferencia directa de 8.500 millones de pesetas a la preparación del equipo olímpico, que observó la mayor participación de la historia con 447 atletas.
LAS ARCAS DEL DEPORTE
“No podemos ir al nacional infantil de voleibol del próximo 18 de julio, porque no hay recursos ni para hacer el campamento previo, y si no vamos a ese es imposible seguir compitiendo en otras categorías” explica el presidente de la asociación de vóleibol del Estado Bolívar, José Jiménez. ¿Y cómo es que a estas alturas no hay dinero?
Ya se decía que el asunto central de la problemática en Bolívar es el presupuestario, y es que otros estados gozan de presupuestos hasta 5 veces superiores al nuestro, asegura José Alberto Zurita, analista del deporte regional y otrora presidente de Idebol, “si se observa que estados como Anzoátegui, Monagas, Guárico, Mérida, Táchira, Yaracuy, para no hablar de Carabobo o Lara, tienen presupuesto ordinarios anuales que gravitan entre los 32 y los 45 millardos de bolívares sin incluir los créditos adicionales, mientras que nosotros sólo contamos con 6 millardos, te das cuenta que demasiado hacen nuestros atletas”, a esto le agrega Zurita, que el 60% de esos 6 millardos se van en gastos administrativos, en pago de nómina, en la tradicional burocracia, por lo que “queda muy poco para el alto nivel competitivo, menos para otro tipo de actividades deportivas”.
Ahora bien, la Ley de Deporte fija en 5% del presupuesto estadal lo que ha de dirigirse al concierto deportivo, aproximadamente 70 millardos, pero sólo se cuentan con 6, el resto llega por vía de créditos adicionales. “Ya casi es 15 de julio y los entrenadores no han cobrado sus sueldos y los atletas sus becas, porque no se termina de cumplir con el decreto del 5% del presupuesto al deporte estadal, mientras tanto vemos todas la calles forradas con el rostro del gobernador del Estado, vallas por doquier”, expresa José “El Ciego” Jiménez, presidente de la asociación de vóley de Bolívar.
Ante esta posición de Jiménez, José Alberto Zurita insiste en que “ayer fue por carencia de gerencia y confusión de la visión del instituto del deporte, pero desde hace pocos años para acá han cambiado las cosas, porque han llegado gerentes del deporte, con las cosas más claras, creando el trabajo en equipo, pero sin el respaldo presupuestario correspondiente” agregando que si bien es cierto que se organizan y se asiste a competencias de deporte escolar y comunal, así como se reconoce el mejor rendimiento en los pasados juegos nacionales, “al final de la competencia, el esfuerzo se pierde, porque no hay comisiones permanentes que capten los talentos y los presenten al instituto, para convertirlo en generación de relevo, porque no hay dinero crear esos mecanismo”.
El profesor Pedro García Avendaño, docente e investigador de la Universidad central de Venezuela, comentaba sobre el deporte venezolano cuando decía en 2007 que “es innegable el reconocimiento que se le ha otorgado al deporte en los últimos ochos años (…) La creación del Ministerio del Poder Popular para el Deporte, la Universidad Iberoamericana del Deporte y el aumento significativo del presupuesto cada año para esta actividad física, entre otros aspectos (…) Sin embargo, las viejas estructuras del deporte se encuentran intactas, la concepción del deporte medallero y mercantilista domina todavía, junto con una legislación deportiva caduca y arcaica, una vieja dirigencia deportiva sin actualización y una creciente burocratización y corrupción en todos sus niveles”.
Por su parte José Antonio Perazzo, presidente de Idebol, consciente de la carencia del recurso económico suficiente y de un complejo sistema de desafíos, de vicios arraigados en la cultura organizativa del deporte, resalta que aún con esas fallas, el problema de fondo es otro, es la falta de corresponsabilidad, por lo que a partir de su gestión se ha trabajado sobre tres ejes de lo que él llama un “nuevo paradigma deportivo, donde hay que hacerle entender a los actores del deporte que no es sólo el ganar medallas en los juegos nacionales, que es necesario llevar el deporte a todos los rincones, a los discapacitados, a los reos, a los barrios, a las comunidades indígenas” por lo que pide la contribución de todos, “no es venir a pedir dinero y ya, es crear planes, proyectos, articular cada detalle con el todo, de manera que sea posible incluso la autogestión, donde cada dirigencia deportiva se planté un impulso desde lo endógeno, de manera que se organicen sus mecanismos, y que Idebol les sirva de plataforma”.
Esos tres ejes del nuevo paradigma del que habla Perazzo, son la masificación del deporte (no sólo la alta competencia, sino todos los espacios de la sociedad), la capacitación de recurso humano (Para evitar la improvisación, Idebol lleva adelante un curso académico de gerencia deportiva obligatorio y progresivo para toda la nómina del instituto, así como entrenadores y dirigentes) y la recuperación y multiplicación de la infraestructura deportiva del Estado Bolívar. Pero con 6 millardos se ve muy complicado despegar por esa vitrina de nuevas políticas.
LA ENCRUCIJADA
“No se trata solamente de un problema de dinero, de dirigencia, de centralización o descentralización, de la eficiencia o no del aparato burocrático, de planificación y organización (…) Es eso y mucho más que eso (…) Es una crisis heredada de la sociedad capitalista, en donde los anti valores o conductas basadas en el clientelismo, la explotación del atleta, el individualismo, el facilismo, la trácala y la corrupción, se mantienen incólumes en la estructura deportiva nacional”, así define parte del problema y solución el investigador y catedrático, especialista en el tema educativo, Eloy Altuve.
“Los entrenadores contratados Idebol son sub pagados, sin contar con estabilidad laboral ni seguridad social, y ni hablar de las canchas, la selección de Bolívar no tiene donde practicar, el gimnasio Boris Planchart está en decadencia” comenta José Jiménez, presidente de la asociación de vóleibol de Bolívar, mostrando la realidad, al menos una parte de ella. “Con la gerencia preparada que tenemos hoy y el presupuesto ideal tenemos el éxito más cerca, ayer nos equivocamos en la visión y no teníamos el presupuesto, hoy sólo falta el dinero y el compromiso de todos” manifiesta José Alberto Zurita, otrora presidente de Idebol, y es otra visión, quizás otro trozo de la verdad.
Perazzo, actual presidente del instituto habla de “construir una cultura organizativa incluyente, social, humanista, integral”, donde todos se comprometan a dar y recibir.
En Brasil se inclinaron por buscar equilibrio entre lo social y lo competitivo. El Ministerio del Deporte recibe 1,5 por ciento de lo recaudado por las loterías y 3 % va para los gobiernos estadales. No hay distinciones entre los deportes ni sus categorías, cuando los atletas no tienen patrocinios personales reciben becas que van desde 150 a 1300 dólares, pero en cuanto firman un contrato con alguna empresa se les retira el apoyo, aunque para optar por una beca el atleta debe ser uno de los tres mejores de su categoría. Mientras tanto, aquí en Bolívar seguimos decidiendo en una encrucijada qué camino tomar, si el del deporte como política pública, o el de construir la política pública del deporte.
Otra Fórmula:
Pedro García Avendaño, docente, investigador y especialista en gerencia deportiva entiende necesario: 1. El impulso de plan nacional del deporte. 2. La aprobación de una nueva ley del deporte revolucionaria. 3. Cambiar la pirámide deportiva, dándole mayor importancia y presupuesto al deporte de masificación o deporte para todos. 4. Ubicar en los puestos de mando a personas capacitadas y de intachable conducta. 5. Cambiar la concepción que se tiene sobre el campeón mercancía a campeón humanista, con nuevos valores que deben inspirar la solidaridad y el compañerismo. 6. Romper con la dualidad de funciones de los dirigentes en la organización deportiva. 7. Involucrar a toda la población deportiva en las tomas de decisiones y contraloría en las contrataciones y compras de la cosa deportiva. 8. Apoyar y darle mayor impulso a “Barrio Adentro Deportivo”.
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