jueves, 3 de octubre de 2013
Guayana: potencial polo del deporte profesional venezolano
Aún con la crisis económica mundial ante los ojos y en los bolsillos de miles de millones de personas en el mundo, el deporte profesional organizado sigue recibiendo utilidades mil millonarias año tras año. Estados Unidos, países de la Unión Europea y latinoamericanos como Brasil y México, son espacios cotidianos de lo que parece contradictorio pero real, los estadios siguen llenándose, y la publicidad y televisión continúan colocando sus productos sobre la espalda de tan lucrativos espectáculos deportivos. Solo en Puerto Ordaz conviven dos negocios deportivos de carácter profesional, pudieran ser más, pero qué hay detrás de ese escenario, de Guayana y su potencial.
Guayana deportiva.
Para propios y extraños del deporte venezolano Guayana representa una de las cunas y espacio natural de la actividad deportiva amateur y profesional. Esta plaza del sur de Venezuela ha sido referencia histórica obligatoria del fútbol nacional, de hecho, el estado Bolívar llegó a contar con tres equipos del primer nivel del balompié criollo.
Minasoro del Callao, Minerven del Callao y Mineros de Guayana, un trío que no dejaba sin fútbol a Guayana domingo alguno. Se trataba de una dinámica muy distinta a la de actualidad, donde se ha profesionalizado cada etapa y elemento de ese submundo, más sin embargo, fueron instituciones que marcaron pauta y dejaron huellas imborrables en el libro del deporte nacional.
El pasatiempo nacional también vibraba por estas tierras, en un principio como sede activa y robusta del desaparecido béisbol AA del país, posteriormente se acarició la primera experiencia de espectáculo profesional a finales de los 80 y principio de los 90 con la figura de Tucanes de Guayana, campeón debutante de la también desvanecida Liga de Verano. Muchos aún recuerdan con nostalgia las noches de béisbol del bueno en el estadio de la Ferrominera, donde figuras como Oswaldo “El Gago” Olivares, Rodolfo “Popy” Hernández y Leonardo Hernández brillaron.
El baloncesto también tuvo sus primeros esfuerzos en el plano profesional en la década de los noventa con la aparición de Pioneros de Guayana en la recordada Liga Superior de Oriente, después le seguirían iniciativas más duraderas como la de Macizos en la LNB y Gigantes en la LPB.
Es bueno recordar así que Guayana fue plaza de múltiples negocios del deporte rentado, cada una con características propias que le han valido la permanencia y arraigo, o la extinción, el caso del Minerven del Callao avasallador, que trajo al antiguo Polideportivo Cachamay a los mejores del fútbol sudamericano y luego se desvanece como arena en las manos, es una de esas tragedias gerenciales en nuestro haber, pero, qué hay detrás de Guayana como sede de espectáculo profesional, qué tan rentable puede ser, qué le depara el futuro en esas lides, son preguntas aún por responder.
El potencial comercial.
Como todo negocio, el deporte profesional no puede germinar y crecer sin eficiencia financiera, en otras palabras, sin utilidad y liquidez no hay cariño que valga. “La primera debilidad de Guayana como sede es la falta de cultura del deporte profesional en el Estado, aún si contamos con los poco más de treinta años de Mineros de Guayana en el profesionalismo, por otro lado, la infraestructura sigue siendo débil para comercializar, al menos en el caso del baloncesto”, así lo entiende Argenis Martínez, gerente general de Gigantes de Guayana, una franquicia que ha venido consolidándose en la Liga y en la ciudad desde su debut.
A Guayana aún le cuesta un poco competir con otras sedes de mayor envergadura en la búsqueda de los grandes patrocinios publicitarios, y sobretodo con equipos consolidados como Marinos de Anzoátegui o Cocodrilos de Caracas, afirma Martínez al analizar otra de las aristas de la gerencia deportiva, sin embargo agrega que con planes estructurados, la forma correcta de hacer las cosas y sobretodo los resultados, es la mejor fórmula para enganchar al soporte publicitario.
Por otro lado, es importante tener en cuenta que Guayana para los expertos en una plaza cruda, que tiene mucho por explotar, invertir en lograr el arraigo para generar fanaticadas constantes es atractivo para los empresarios deportivos, la competencia es poca o casi nula y la gente está ávida de un buen espectáculo, sin embargo para el gerente de Gigantes lo logístico es un reto permanente, “es una plaza muy lejana, si te das cuenta el 70% de los equipos se mueve por vía terrestre, a nosotros nos toca hacer casi el 90% vía aérea, lo que te incrementa los costos”.
¿Futuro promisorio?.
Sin duda alguna la afición al espectáculo deportivo profesional sigue creciendo en Guayana, el Gimnasio Hermanas González con Gigantes tiene su asistencia por temporada dentro de los promedios de la Liga, aún cuando cuenta con un aforo muy reducido. Mineros de Guayana, por suerte, tiene a su lado una afición muy futbolera, de las más constantes del balompié nacional. Sin embargo, hay cosas por explotar, sobretodo bajo la visión prioritaria de satisfacer al aficionado.
“Paradójicamente, en una ciudad industrial, nuestros equipos profesionales no cuentan con el apoyo irrestricto de estas empresas, las razones estarán ligadas seguramente a la cuestión de la poca cultura de la hablamos”, analiza Martínez, quien admite que eso parece sufrir un leve cambio hacia lo positivo, además de aplaudir la nueva Ley del Deporte, de la cual cree se ha convertido en una herramienta valiosa para conseguir patrocinio.
Muchos protagonistas del deporte en sus distintos niveles reconocen la calidad del público guayanés, eso es otro punto a favor, aún cuando no se conoce a ciencia cierta sus niveles de resistencia a espectáculos más costosos y de temporadas más largas. Sin embargo, eso lo tendrán que analizar los futuros gerentes del deporte profesional de nuestro Estado, quizás los interesados en una expansión de la LVBP, aún cuando se presume su muy lejana aparición, sino basta con hacerse de la metáfora de los entendidos en ese negocio: ¿para qué picar una torta que se hace más suculenta y deliciosa año tras año en diez pedazos, si la podemos seguir picando en ocho?
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