domingo, 17 de agosto de 2008

“Estamos en medio de una guerra cultural” (II)


Esta biblioteca no corrió con suerte, el Ministerio de Petróleo está intacto.

“Que otros cuenten lo que han leído, lo que han oído, yo cuento lo que he visto”, así le ha dicho a Báez, Hassan al-Rubaei, inconsolable testigo de una masacre cultural, la de Irak, y más específicamente la del saqueo al Museo Arqueológico de Bagdad. Esa misma frase me la ha cedido sin palabras, ni sonidos, en una especie de interpretación sensorial, en una clase primitiva de telepatía inconsciente, el también testigo de esa barbarie sin nombre, lo que él llama un “Bibliocausto”, ese es Fernando Báez, quien de hecho fue a Irak y trajo más preguntas que respuestas, uno de esos que ha tenido que ver, por desgracia, “la imagen tan súbita y banal de un asesinato”, paradójicamente, a manos de un portador de la insignia “Freedom Iraqi Forces” (Fuerzas de Liberación Iraquí) y justo en su primer día en la antigua Mesopotamia, siendo parte de una escena propia de la guerra, la de un joven que cae como el plomo a tierra, precedido de un parlamento visual como los que se escriben a diario en algún pasillo de los Estudios Universales del maravilloso Estado de California, lleno de sangre y violencia, sólo que este era real, el del soldado que mientras sonríe a la muerte ofrece un cigarrillo y fuego a su víctima, poco tiempo antes de apretar los labios y un mortal gatillo.
Ayer quedábamos en la percepción de Báez sobre la inversión de la sociedad venezolana en el sostenido crecimiento cultural de los últimos 30 años, y de esa manera continuamos con la entrevista al doctor en bibliotecología, el delegado de la UNESCO y asesor internacional en el tema de la destrucción de bienes culturales, “Profesor Ilustre” en 7 universidades del mundo, creador de 15 cátedras sobre patrimonio cultural e historia del libro, miembro del Centro Internacional de Estudios Árabes, el guayanés Fernando Báez, que por razones obvias, fue declarado persona non grata por el apocalíptico gobierno de George Walker Bush.

AVZ: Entonces, ¿se debe reconocer la continuidad republicana en materia cultural los últimos 30 años, donde el Estado ha invertido en la cultura sin interrupción?
FB:
No, yo creo que lo que ha funcionado, sobretodo, son los mismos creadores porque los Estados no decretan que se escriba una obra como Doña Bárbara, eso no se decreta, simplemente son cosas que suceden en la historia cultural de los pueblos y en este caso hay una diversidad cultural maravillosa, que en Venezuela ha tenido la fortuna que en estos últimos años de que haya desplazado su punto de apoyo del sector de elite al sector popular, para también proyectar a nivel internacional lo que son todas estas expresiones de nuestro pueblo.

AVZ: Siguiendo con el tema del despertar del pueblo ¿cree que los pueblos volverán a caer en las trampas del pasado, como cayó Argentina o Bolivia?
FB:
Yo creo que en estos momentos esa guerra tan enorme que hay a nivel cultural para la definición de modelos de convivencia planetaria son los que nos va a dar las luces sobre esto. Es peligroso jugar al historicismo, a la visión esa de que la historia puede predecirse, yo no me atrevería jamás a jugar ese papel porque las veces que he hecho de profeta generalmente no me ha salido nada bien, yo me dedico a la investigación cultural, donde estudio el fenómeno de la destrucción cultural, la destrucción de libros, de la memoria e identidad en los pueblos, aunque si pudiera en su momento explicar por qué está sucediendo cierta coyuntura, y sus consecuencias naturales que debes mirarlo desde la base de un planeta en el que 4 grandes bloques como los son la Unión Europea, Canadá, EEUU y el grupo asiático liderado por China, se encuentran en una gran confrontación comercial y cultural por imponer valores, y dentro de ese contexto debes mirar el futuro de América Latina porque lamentablemente nuestros pueblos dependen muchísimo de ese gran conflicto internacional, y por eso ves tanta inversión y tanta competencia entre la UE, China y EEUU por firmar tratados de libre comercio, por lograr condiciones muy particulares de beneficios a futuro en materia energética con nuestros países, desde ahí deben salir las preguntas.

AVZ: Entonces ¿Se puede hablar de una crisis cultural mundial, y qué papel juega Venezuela en ese supuesto escenario?
FB:
Yo diría que más que una crisis, estamos viviendo una guerra cultural, ya pasamos de la fase de crisis, ya sabes que las guerras tienen generalmente distintas etapas, hay una fase de amenaza, una de ataques diplomáticos, después viene la crisis y luego comienza la guerra, cosa que puedes evidenciar por el hecho de que comienzan por supuesto, no solamente haber bajas sino símbolos que se arruinan y destruyen, un buen ejemplo es Irak. Entonces hay una guerra cultural y lo ha demostrado el hecho de que Estados Unidos arrasó la cuna de la civilización, la antigua Mesopotamia y lo hizo para imponer una serie de valores occidentales, diciendo que quieren lograr la democratización del medio oriente, pero creo que antes de eso deben lograr su propia democratización, y me refiero a las numerosas injusticias como el racismo, el clasismo, la segregación de las minorías étnicas, así como con los latinos en particular, por lo que deberían democratizar, sobretodo, la visión que tienen de la forma en que se comparte el poder en el mundo, porque la visión de un planeta el cual una nación va a ser la que le dicta las leyes al resto, no funciona. Por otra parte, creo que Venezuela dentro de ese contexto tiene más posibilidades desde el punto de vista de mantener una posición firme en la exigencia de reciprocidad con EEUU, que el de una alianza abierta para sólo ceder a los intereses norteamericanos, intereses que en este momento son débiles y los puedes medir incluso en términos monetarios, euro frente a dólar. Y en medio de esta guerra cultural nosotros debemos tener una posición de autoestima y dignidad, que creo que es la más relevante.


Los memoricidas portadores del parche "Freedom Iraqi Forces"

AVZ: A ese venezolano confundido bajo el bombardeo mediático, ¿qué le diría Báez, hacia dónde va Venezuela?
FB:
En primer lugar le diría que no hay motivos para estar confundido, y creo que nunca estuvo la gente más clara que ahora, y lo demuestra el hecho de lo que está leyendo, el hecho que se esté leyendo tanto a Eduardo Galeano, a Noam Chomsky, que los muchachos estén empezando a interesarse en conocer con detalles quién fue Ezequiel Zamora, qué pasó en sus regiones, ese interés en la historia local que uno puede notar en cada pueblo, todo el mundo buscando que declaren patrimonio su región, ahí tienes el caso del Estado Bolívar, todo el mundo en una gran lucha porque se declare Ciudad Bolívar patrimonio de la humanidad, eso responde a una necesidad que te aclara que la gente no está confundida sino todo lo contrario, la gente está clara que tiene que ratificar su sentido de pertenencia, porque su identidad apunta a la reafirmación de valores, al hecho de que este pueblo sabe que le toca una gran labor desde el punto de vista humanitario, en el impulso de otros pueblos que están cerca de nosotros en un ideal de independencia. Y yo si diría con todo respeto hacia las personas que defiendan la posición de Estados Unidos, que creo que Venezuela está viviendo su segundo proceso de independencia, independencia del yugo de unos intereses políticos donde EEUU trata de imponer tendencias para someter a los pueblos de América Latina y convertirlos en lo que siempre hemos sido para ellos, su patio trasero.

AVZ: Y en esa segunda guerra de independencia ¿Cree que estamos más cerca del desenlace?
FB:
No. Lamentablemente esta va a ser una guerra larga, tengo que decir la verdad, creo que cualquiera que haya enfrentado los intereses norteamericanos tiene que darse cuenta, primero, de que ellos ahora más que nunca porque son una gran súper potencia s se ven más obligados a tener intervenciones más directas sobre economías y sobre sectores culturales, y más fuerte va a ser la confrontación en los años venideros, no soy de los que tiene esperanzas a corto plazo, sin embargo hay algo en mi que me apunta al hecho de querer que el pueblo norteamericano, extraordinariamente inteligente y admirado, un pueblo digno y habilidoso, un pueblo que puso al hombre en la luna, pues obviamente tengo la esperanza, como muchos hombres en el planeta, de que ese mismo pueblo reaccione contra esa forma fascista de hacer política y sean capaces de convivir en términos de amistad con el resto del mundo. Pero eso es una esperanza que puede ser muy ingenua.

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