domingo, 31 de agosto de 2008

“Mentimos y debemos pedir perdón” (I)



Dice el presidente del CNP, William Echeverría, y desde ahí, parece dar señales de vida el orbe periodístico venezolano, que incorpora nuevos actores, el MPN es uno de ellos

Cómo dar un inicio a una temática tan laberíntica como la que genera la realidad del periodismo venezolano, sus incrustaciones y relieves, sus luces y sombras, ese periodismo que se ha hecho parte y juez del acontecer nacional. Quizás lo más conveniente sea entenderlo como el eslabón de una cadena, una pieza más del tablero global de la comunicación. De esa forma se pudiera resumir en un tridente todo el asunto, primero, el medio de comunicación social, sobre el cual Umberto Eco razona, “el poder que han adquirido los medios es incuestionable, algunas veces creen tener más poder del que realmente detentan y buscan convertirse en protagonistas y jueces de la cosa pública, en más de una ocasión desvirtuándola hasta convertirla en espectáculo”, segundo, el ejercicio del periodismo, desde donde se desprenden opiniones como las de Isabel San Sebastián, notable periodista española, “hemos ido a peor, nos encontramos en el sálvese quien pueda (…) Nuestra profesión consta hoy de varios tumores, el abuso de becarios, el individualismo (me da igual que exploten al otro si yo tengo trabajo), y el servilismo ante el poder”, esto resumiendo en 2003, el conjunto de conclusiones de un grupo de periodistas europeos ante la realidad comunicacional actual. Y tercero, la organización gremial, los colegios de periodistas, encargados de velar por la seguridad integral del comunicador social, y entre muchas otras cosas, contribuir con el fortalecimiento de la democracia, desde donde se desprenden múltiples interrogantes (¿Hay o no libertad de expresión? ¿Representa, y de hecho atiende el CNP a todos los periodistas? ¿Es velador imparcial del natural desenvolvimiento de la democracia?), específicamente del caso venezolano y su Colegio Nacional de Periodistas. Partiendo de allí la vista se hace borrosa, por eso, presentamos algunos de los ángulos interpretativos y argumentativos más representativos de la forma y fondo de la discusión, por fortuna, captamos la participación de los periodistas Eleazar Díaz Rangel, director del diario Últimas Noticias, William Echeverría y Camilo Pacheco como representantes del CNP, y Mariadela Linares y Elena Salcedo como voceras del Movimiento por el Periodismo Necesario (MPN).

LA CAPA VISUAL
En lo que parece un nuevo amanecer del periodismo en Venezuela, recién electa la directiva del CNP después de diez años de irrestricta dieta, y con el parto de un posible modelo alternativo de organización gremial periodística, el Movimiento Periodismo Necesario (MPN), las discusiones vuelven a las mesas y los periodistas inician el debate, aún moderado y casi imperceptible, pero en alza.
“Tenemos la necesidad de reinventar el CNP”, sostiene con entereza su novel presidente, William Echeverría, y después de un decenio bajo la misma dirección, las expectativas son inevitables. Por otro lado, y casi de manera simultánea, un grupo de más de 500 profesionales de la comunicación social integrados al MPN, elevan su voz ante la urgencia de no sólo reinventar el CNP, sino de reconstituir las bases del periodismo venezolano, y es que sobre la realidad del ejercicio profesional del periodismo en Venezuela se ha tejido y se teje, una áspera maraña de interpretaciones, de esa manera oficializaban desde el principio la necesidad de considerar que “revalorar los principios éticos de la profesión, respetando otras posiciones, es una tarea mucho más trascendente que escoger la directiva de un organismo cuya crisis estructural no ofrece respuestas a los retos actuales”.

CNP AGOTADO
Entonces hoy tenemos un cuadro tan interesante como curioso. Se muestra un CNP que por fin pudo conseguir nuevas autoridades, quizás con la convicción de refrescar la identidad, misión y visión de la institución, pero lamentablemente, germina con graves problemas de crecimiento. “Hay dos nuevas directivas que yo conozco, la nacional que fue electa con el 60% de abstención y la distrital (zona metropolitana) con el 70%, de manera que fueron dos minorías las que las eligieron, lo que revela que la inmensa mayoría gremial mostró indiferencia o desacuerdo con las listas postuladas, por lo que no pueden contar con la representatividad de anteriores directivas”, esto según Eleazar Díaz Rangel, director de Últimas Noticias, el diario más vendido en Venezuela, y del que se puede pensar, aplica con más frecuencia la fórmula de la imparcialidad.
Ahora bien, cuáles son las razones puntuales de la masiva pasividad electoral, Díaz Rangel la entiende como una respuesta a múltiples factores, “aunque no se ha hecho una investigación para conocer la razón fundamental de la abstención, se pueden presumir un conjunto de causas, quizás razones políticas, o indiferencia gremial, porque en los últimos años el gremio no ha significado nada, tal vez desacuerdo con el propio proceso electoral, así como el efecto de un sector que ya no cree en el Colegio, que piensa que se ha agotado y que debe ser reemplazado por otro tipo de organización”.
De esa forma el CNP, que sobre las palabras de su actual presidente, William Echeverría, “vivió 10 años de silencio cómplice, escondido y guardado en un closet”, cuenta con poco respaldo y credibilidad de sus naturales, por lo que tiene por delante un desafío importante para, como dice Echeverría, “edificar una plataforma institucional y lograr un CNP dinámico, vigilante y autónomo frente a particulares o Gobiernos”.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA
En 2007 Caracas sirvió de encuentro, en un principio, a un grupo de opinión sin constitución formal, formado por una legión de comunicadores sociales, profesionales o no, que se reúnen con el objeto de discutir la naturaleza del ejercicio periodístico en Venezuela. “En vista del interés de un gran número de colegas decidimos constituirnos bajo la dinámica de un movimiento identificado, Movimiento por el Periodismo Necesario, con la misión de reencontrar el periodismo normado en el Código de Ética del Periodista”, comenta Mariadela Linares, vocera del MPN, quien insiste en la importancia de haber abierto ese debate tanto a los comunicadores comunitarios o alternativos como a los usuarios, además de que “se sepa que no determinamos conclusiones, porque se trata de un debate que tiene que permanecer abierto para que se incorporen las opiniones de todos cuantos sean posibles”, esto según Linares, con la finalidad de estimular esta misma iniciativa pero en el resto de las regiones del país.
La idea del MPN parte del reconocimiento de un periodismo actual hecho desde “trincheras políticas, que abandonó su rol de intermediario entre el hecho noticioso y el usuario de los medios, para pasar a ser parte de la noticia”, comenta Linares, quien además nos confiesa que esa realidad, por desgracia, en vez de disminuir se ha agravado después del golpe mediático de abril de 2002. Aunque los documentos resultado de los debates realizados por el MPN en el Celarg y en la Universidad Bolivariana aún no están listos, la líneas generales van dirigidas hacia la concentración en la discusión de una reforma de la Ley del Ejercicio del Periodismo de 1994, para adaptarla a la nueva realidad comunicacional del país, promover el debate sobre la pertinencia, necesidad y existencia del actual CNP, dinamizar los mecanismos para convertir en hechos la previsión y seguridad social del periodista, y reconocer la inclusión de la figura de medios alternativos de comunicación en la estructura tradicional de medios.

¿PERIODISMO NECESARIO?
Es posible que cualquier filósofo cuando aborde el tema del periodismo insista en concebir una pregunta medular, una que no pasa sobre la necesidad de nuevos o reestructurados organismos gremiales, ni que pasa por sus funciones y efectividad, o por el diseño y ejecución de otra Ley de Ejercicio del Periodismo, la interrogante iría más al fondo, al nervio, a lo neural, y hasta lo espiritual. Se trata del deber ser de la comunicación social y del comunicador, ¿realmente está el periodismo al servicio del bienestar social?, ¿es el periodista socialmente responsable, auténtico agente de cambio social?, ¿o es un simple recadero, que sólo cumple con las notas del día, adepto a los encargos, venerando su fuente, conforme con la versión oficial? y, ¿quién sale de las escuelas de comunicación, repetidores, sesgados pichones portadores de la verdad pública, conformes elementos del estatus quo?, ¿quién enseña en esa escuelas, qué mensaje lleva?

1 comentario:

Julio-Debate Popular dijo...

Excelente articulo. Espero que el periodismo vaya siendo reformado a medida que se provoquen cambios y que pueda ser objetivo sin dejar el lado las opiniones con la que todos podamos participar o no.